Dejar de sentir lo que siento,
tenderme en la cama y llorar,
sentir tanto amor como mi mamá.
Salir corriendo al recordarla,
verla de nuevo y de nuevo llorar.

Madre ¿por qué te fuiste y me dejaste?
porque no pude hacer nada en mi vida por ti,
todo es simplemente inútil.
Ella está con San Pedro,
yo, acá abajo, detesto a Caifás.

Me duele el corazón,
debe ser que me siento cansado.
Inútil volver a preguntar por ella.

Mi madre se ha ido
y yo ya no lloro más,
pues al llorar la recuerdo más…
ella está con San Pedro
y yo aquí en la tierra,
maldigo a Anás…

Dejo todo como está,
detrás de mi el diluvio,
pero no universal.

Hacer de cuenta que no está,
hacer de cuenta que no murió.
Yo rezo por mi madre
y aquí abajo
detesto a Satanás…


Ya es hora de descansar,
de irme a acostar,
dejo en manos de Cristo,
el verbo de castigar.

Algunas veces la recuerdo
con un poco más de ansiedad,
dejo que los tiempos pasen
y luego miro hacia atrás.

Veo que la campesinita que me enseño
a conjugar el verbo amar,
y río pues ella está
con San Pedro y yo solo
no quiero estar más…

Querida madre de todos los santos,
mi virgen María,
mi verdadero amor terrenal,
dejo que todo termine,
para poder volver a conjugar,
para poder volverte a ver,
mi campesinita de amores,
mi cariño terrenal…

Espero que algún día
nos volvamos a encontrar
yo te contaré mis amores
y tu me dirás y que más.
Yo te hablaré de mis errores
y tu me perdonarás.

Espero con ansias mi triste final
pues yo sé que en el cielo
nos reuniremos y volveremos a cantar.

Espero con ansía la muerte
y me voy a poner juicioso,
si tú me esperas en el cielo,
y yo, lo voy a lograr,
llegar a él para poderte besar…