Un pequeño homenaje a Alessandro Baricco y su maravilloso cuento-novela, "Seda".
Se va el amor, se va
y se convierte en cenizas:
en palabras.
Se va el amor, se va,
y lo que queda
es un lugar común encerrado.
Entre comillas.
Se va el amor, se va,
y se escapa de la jaula
como mil pájaros desatinados
que explosionan,
pirotecnia de color,
en el cielo de un lugar lejano.
Se va el amor y lo que queda es la muerte.
Sin más.
La muerte.
“Si no vuelves, moriré”
En ideogramas difíciles de entender.
En ideogramas.
En palabras.
En cenizas.
Se va el amor, se vuelve nada,
Se vuelve seda.
Nada.
La nada que tejieron millones de gusanos
se rompe un día y se evapora,
encubierta en pájaros de colores,
pirotecnia de plumas,
hacia un lugar de cielos lejanos.
Se va el amor y el espacio tan ancho que ocupaba,
está lleno de muerte.
“Si no vuelves, moriré”
En ideogramas de otro tiempo.
Huellas de pájaro impresas en papel de arroz.
Huellas de amor.
Se va el amor, se va,
Y en su lugar queda la nada.
La seda.
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