Más allá de la distancia está mi voz,
y el recuerdo que llevo conmigo caminando,
con esas ansias locas por besarte voy cantando,
cuando de pronto me acuerdo que debo marchar.
Está el recuerdo desgastado en unos días,
lo que juntos, mas nunca pudimos hacer
porque fué que se cruzaron dos mundos,
y de su eclipse resulten las sombras distintas.
Quedan mis manos vacías, mis brazos cansados
de todos los días que me resten lejos de tí,
hasta que te olvide, y te olvides tú de mí,
cuando el tiempo nos ayude, a recordar sin sufrir.
Me resta el consuelo, la conformación,
la distancia y el abrazo que le doy a tu razón,
el sueño desusado, la malancolía lastimera,
las armas secretas que no usamos en esta guerra.
Más allá de la distancia está tu sonrisa, esa que llevo conmigo,
tu cuerpo nunca más bello, ni más querido
ni más deseado en el fatuo de anhelo de hacerlo mío,
esta quedarme con la memoria de haber sido feliz contigo.
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