Tentado hoy me siento
de caer dejarme,
en tu abrazo cálido,
en la inmensidad del espíritu.
Busca, incansable, el alma
el poder la tuya penetrar.
Sedientos, los ojos requieren
el cáliz sagrado de tus lagrimas.
La tersura de tu piel toda
ansían los dedos recorrer
hasta lograr tus lunares contar.
Sentirte como ya no puedo hacerlo
es lo que los sentidos añoran,
pero yo aun puedo sentirte
de formas inimaginadas,
en tus gestos percibidos a la distancia,
o en una simple y sencilla palabra
que devuelve la vida a mi alma
arrebatada hace tiempo
por algunas nuestras circunstancias.
¿De que sirve lo físico,
cuando no se tiene nada dentro?
¿De que sirven, mundanos, los placeres,
cuando no es amor lo que siento?
Y me siento, al fin, realizado,
ya que puedo decir que he amado.