Brilla la fría noche del cálido verano.
Brilla de tu obscura luz de mar,
del silencio ensordecedor,
de la soledad de tu tierna compañía.

Y amanece de tus ojos otra luna,
cubriendo el corto día con su tenue velo.
La mar brava de horas, minutos
y segundos espumosos correteando entre tus brazos
empañan al pérfido tiempo, que no perdona,
y que salpica sin piedad a quién respira.

Transcurre un día más.
Sin embargo,
un día menos a tu lado.

Y de tu luna, de tu sombra,
de tus ojos,
de tu calor de vida mía de te quiero tanto...
al final, lo único que quiero
es otro atardecer junto a tu tierna compañía.