Ya lo habia visto antes, y senti una conexion que pasaba frente a nuestros ojos.
Esa noche frené y hable de cosas tan comunes que era muy facil olvidar la presión de estar frente a él.
Nos encontramos en el mismo baile, y después de unos cuantos rozes, tomó mis manos y bailaba suave frente a mi. Seguimos hablando tan comunmente, el mundo entero se encontraba allí, pero nadie se daba cuenta de nosotros. Qué hacíamos, qué planeabamos hacer!... Es bueno cuando el mundo mira pero no ve.
Y fue en ese momento donde sentí la necesidad de besarlo. Como si me pusiera en el lugar de la cenicienta y pensé: "Antés de que me llame la hora de irme, quiero llevarme un beso conmigo para recordarlo cuando no lo tengo" (cosa que ella se olvidó, o no tuvo coraje). "Salir corriendo?" jamás. Nos miramos, y nos quedamos pensando, ahora, el tiempo se rindió y eramos solo nosotros dos. Solos contra la invasión del silencio. Nos sonrojamos, y fue ahí cuando mis labios se pegaron a los suyos. Sus manos me acariciaron, dejandome sentir así, sus sentimientos por ese beso deseado.