Cruzar las grandes aguas
aunque el miedo paralice.
Tomar el cetro mismo de la vida
y hacer un jardín donde antes,
cruzaba un río de soledades.
Intentar es lo que vale
aunque tu silencio
insista vivir en la quietud del momento.
Escuchar el corazón
sediento de verdad,
-¡esa es la consigna!-
para dar el paso final
que quiebre, para siempre,
la quietud de la espera.
Héctor Hugo Lattuada.
Texto agregado el 21-05-2006, y leído por 221
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valor y vida...dos imagenes que se me vienen a la mente con tu escrito...seguir adelante pero tambien aventurar...escrito lleno de energia...bien luzyalegria
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