Parte la secuela de tus ojos,
gime el dolor por más ausencia
y el rostro, inexpresivo a veces,
busca la felicidad
en la lejana esquina del pasado.

El cambio es la luz
en el nuevo día.
el sol, ardiente y solidario,
es centro y esencia del festejo.

El viento huracanado del presente
trae a viva voz,
desde el interior mismo de la celda,
el mensaje unívoco de la vida:
“consumir lo pasado
y ser la flor del nuevo tiempo”.

Preparar el final, definitivo,
del helado sentir de tus inviernos
es parte de la fragua solidaria
que el viento interno te reclama.

¡Sé tú misma!
Como antes de tus sueños ya soñados,
como el proyecto Divino de la vida,
como la luz eterna de los días.

¡Sé tú misma!


Héctor Hugo Lattuada.