Entre murmullos sedientos de besos y labios, bocas dedos que recorren torpemente cada hueco de mi alma cada anochecer palpable. Olvidar tu cuerpo es devorarme. A dentelladas glaciares dientes insulsos lengua frígida que roza inútilmente una almohada vacía otro amanecer estéril. Olvidar tu cuerpo es marchitarme. Como pétalo inservible como corola insalvable tallo que de puro verde irremediable ya ha comenzado a ajarse a mustiarse. Olvidar tu cuerpo es desecarme. Entre recuerdos baldíos noches de luna sangrante sin estrellas, sin tu signo agonizante en mis cabellos de plata todo me parece ajarse. Olvidar tu cuerpo es, simplemente improbable.
Texto agregado el 20-05-2006, y leído por 362 visitantes. (25 votos)