Podríamos decir que la literatura es un acto humano, peculiar, que es producto de la comunicación, que posee como característica el ser humano.
El término literatura proviene de la palabra latina litterae, que significa letras, caracteres, escrito u obra literaria, que a su vez, da origen a la palabra latina litteratura. Como podemos observar, la fuente del término literatura es el lenguaje latino, una lengua muerta, que ha dejado sus raíces en la mayoría de lenguas cultas vivas.
A pesar de esta definición, que es bastante amplia y por lo tanto general, no podemos afirmar que toda comunicación que realice el hombre, es literatura. Deben ser creaciones artísticas, expresadas en palabras, así sean estas verbales, lo que puede conllevar a incluir en esta ya menos amplia definición, el folclore, los cuentos tradicionales, los chistes, los proverbios o refranes populares, los comics, la fotonovela, la telenovela, la canción popular. También se debe entender que la palabra literatura puede tomar diferentes interpretaciones, pues se puede hablar de literatura de un país, de literatura de una época (medieval, contemporánea) o de literatura de un estilo o movimiento (romanticismo, surrealismo, creacionista).
Cerrando un poco más la definición de la palabra literatura, podemos afirmar que es el autor de la obra literaria, quién le da vida al verdadero sentido de la palabra literatura, dándole vida, pues le da autonomía y validez al sentido hermenéutico, de la palabra literatura: Solo cuando el autor de la obra literaria (literatura) tiene la intensión de realizar una creación estética, lo que conlleva que dicho texto tiene un valor y es realizado, lógico, con arte, podemos afirmar que dicha obra es literatura, teniendo en cuenta que ese valor que conlleva la obra estética, solo el tiempo se encargará de decidir si tuvo un juicio positivo o no.
Por lo tanto podemos definir literatura como la creación humana artística, realizada con intensión, a través del lenguaje como medio de comunicación, dirigida a un receptor universal y cuya finalidad es lograr un placer estético, sin poder desprenderse del contexto histórico vivido por el creador, cuyo valor será dictado por el paso del tiempo y que podrá dar lugar a una crítica literaria o reflexión estética.
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