Desconfianza.

Soledad, embrollo que se tiende al infinito en una búsqueda incesante de satisfacción emocional y tranquilidad espiritual. Los vaivenes que surgen en el centro del punto vital se suceden, cual Quijote a su Dulcinea, es imposible relacionar y vivificar la sustancia, el plasma que revive, transforma y logra.
Ambigüedad es la consecuencia de lo que logro producir, con el objeto inmediato y perenne de lo contrario encontrar. —Sí, te entiendo— Realidad fugaz y perecedera en mis brazos; cómo cogerte, cómo atraparte . Entonces, doce leguas imposibles recorrer. Doce leguas imposibles aprender. Doce emociones imposibles distinguir. Acaso lo vasto. Lo inmenso, lo perfecto imposible para mi es. Si tan sólo hubiese carreras alegóricas, pegasos arribando como corderos implorando, entonces yo podría, —¡Oh sí, sólo entonces! Mi sed saciar. Que corroe y hiere como acido vertido en la mirada anhelante de paz lograr.
Testigo inerme. Participante impotente. Cómo implorar, cómo suplicar que vuestra ayuda necesito. Fiel observador, cómplice imbécil, te reto, te guardo de un hombre enfrentar. Un hombre es suficiente para el honor salvar. Tiempos inmemoriales, robles antiguos; testigos de entonces bárbaros y leales embates. Hipocresía futura, hipocresía presente: os invito, os conmino ante mi presencia lograrse. Muerte verdadera, de batallas fantásticas. ¡Oh! Ven a mí, ultima ratio, os llamo.
Cuando el cínico, el hipócrita, el complaciente y el autocomplaciente logran erigirse, en jurado integrarse. ¡Oh absurdo! De los hombres enfrentarse.
La belle epoque de traidores se encuentra, entes metamorfos en la sangre bullir. Hacer sentir, euforia vivir, y al realmente percibir, en la soledad abandonar.