Les contaré hace tiempo, en un día un poco nublado aquí en la ciudad de Toluca, no recuerdo que hora era pero el viento era algo fuerte y realmente esta triste el cielo. Me encontraba yo esperando el autobús hacia mi casa; estaba yo ubicada sobre Gómez Farias, casi esquina con Vicente Guerreo -me parece-. Ese día yo estaba algo triste y meditaba, la verdad no estaba del todo en el mundo, no estaba tan alerta...

Cuando de repente vi que algo se movía en el arroyo vehicular (donde pasan los coches), vi como una araña de esas que tiene patas largas y que solo es una bolita su cuerpo de esas arañitas patonas, venía caminado del otro lado del arroyo, del otro lado de la banqueta, caminado hasta el otro lado de la banqueta cruzando el arroyo...

A mi lo que me gusto es lo que me decía esa situación... la arañita se esforzaba en llegar a la otra banqueta, pero pasaban uno y otro auto; y estos con la velocidad a la que iban hacia que ella volará y se regresará, y así pasaron varios altos (luces rojas del semáforo) y sigas (luces verdes del semáforo)... y la arañita nunca desistió ni se fue para atrás ni cambio de rumbo, realmente no sabía ¿por qué era su meta? o ¿por qué debía ella llegar ahí?, pero me gusto lo que vi... ella persevero... nunca dejo su meta - claro yo creí que era llegar al otro lado- pero su valentía y como la hacían volar los autos me dejarán pensado siempre en ella.

Fue un día común en la ciudad, pero me demostró lo hermoso que es la vida, el como puede cambiar nuestra visión y percepción una pequeña araña y el como nos parecemos a las pequeñas especies, solo es cuestión de perseverar, y observar lo que hay a nuestro alrededor a lo mejor podemos aprender algo de ello.