Fue aquel viernes de radiante sol y nublado de esperanza en que juntos tomaste una decisión,
Pues fue tu razón la que dijo no sin preguntarle a tu corazón.
“te escribí una carta” –dijiste -,
yo correspondí el gesto y juntos sonreímos anulando la tensión de aquel momento.
“bueno ha pasado poco tiempo” –dijiste, devolviendo aquella fría expresión a tu cara.
“4 días” –pensé...
...“y quizá no te extrañe lo suficiente” –continuaste-...
...“¿lo suficiente?” –dijo mi corazón casi irónicamente, casi pues la ironía fue frenada por una punzada en el pecho...
...“si el destino nos vuelve a unir yo estaré dispuesta” – afirmaste con tono serio,
luego de esto un silencio lapidario invadió el frívolo momento...
...“si tu estas dispuesta, yo también” – dije y sacando fuerzas de flaqueza te bese,
y juro que solo esperaba un golpe para poder olvidarte,
mas tú correspondiste aquel atraco de mi boca,
en ese instante fue tanta la alegría que entró en mi cuerpo que olvide como besar y me alejé de tus labios,
tome un gran respiro,
mientras tu con una sonrisa en los ojos y un llanto en tu boca decías; “espero que este no sea el último”,
“no lo es” – dije tomando tu rostro entre mis manos...y te bese por segunda oportunidad en una misma despedida...
nos abrazamos, quise ofrecer disculpas lo acepto...pero el orgullo el maldito orgullo me hizo olvidar lo que iba a hacer,
yo... no quería soltarte pues sabía que te irías y podría jurar que no querías que te soltara,
finalmente accedí a lo inevitable, nos despedimos con un último beso y juro que fue el mejor beso que me has dado pues en él iban los recuerdos, el cariño, la ternura, la esperanza, la alegría, la tristeza y el miedo,
luego nos dimos la espalda y nos alejamos,
yo... llevaba una alegría incontrolable, con la que regresé a mi aula y aquella docente me dijo con una sonrisa en el rostro; “Ud. termine puro pololea no ma’ ”
yo... la mire a los ojos y con un nudo en la garganta dije – “no se preocupe,. Ya terminamos”. |