Tus palabras hechas oraciones
se confundieron con el eco de las nubes
y en reflejo por el asfalto
se quedaron en aquella tarde de sol.
Tus pasos traspusieron el atrio sombreado
por robles y cipreses.
Los dolores cual agujas de luz
zurcieron aquellos labios prudentes,
se enmudecieron tus piernas y manos
te encerraste en las habitaciones
del universo interno de tu mirada.
De boca al centro de la Tierra
acostado en cruz, en las baldosas del templo
recibiste la unción migratoria de tu cuerpo
para vivir el alfa y omega en la retinas de los dioses.
Texto agregado el 19-05-2006, y leído por 254
visitantes. (4 votos)
Lectores Opinan
20-05-2006
sumo más estrellas a la magnificencia de estos versos india
20-05-2006
Jesús en los versos dolorosos se queda entre robles y cipreces, en el silencio y en la mente de esta lectora que se inclina ante Él y ante tus versos. Estrellas vienen volando. FaTaMoRgAnA
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