El paisaje borroso tras la niebla
haciéndole sentir tan pequeña
y mientras el mundo le estrecha su mano
más abandonada se siente
y mientras más alimenta su ser
más vacía se siente
Sus labios untados en sangre
de tanto caer
tanto golpe, ya perdió la cuenta
Su razón flagelada
como peluche de feria
ya no piensa
solo intuye y recibe
¿Recuerdas el murmullo de sus palabras?
suaves como el viento en otoño
frías y duras como la piedra
luminosas
tersas
brutales
partían al cielo convertidas en aves
aves dormidas
por lo extenuante de su parto
Sí lo único que deseaba
era un clavo certero en su frente
y ver todo borrarse en un instante
perfecto
preciso
espléndido;
un relámpago
sin tormenta
un disparo
sin arma
una muerte
sin cadáver
pues en ésta Gran Obra
los cadáveres no se ven
solo simulacro son
para atormentarte
aterrar tu piel
empujarte a la noche
al pasillo oscuro y frío
el simulacro
como cuando te dijeron
que el Viejo Pascuero nos traía los regalos
y que una cigueña nos traía desde París
No te empeñes en golpear la puerta
pues no te abrirá
aunque patees
aunque llores
y termines en el suelo arrastrándote
mendigando atención de tu público
rogando migajas de cariño
un destello de humanidad
pese a tu deseperación
ni una mano en tu hombro
ni una caricia en el cabello
ni una mirada comprensiva
ni una palabra cálida
nada de nada
y no nos miraron a los ojos
ni siquiera a los pies
y practicaste esgrima con sus sentimientos
su boca la flor del cerezo
y le atravesaste el amor propio
engrillaste su ego
y sus sueños se desvanecieron
Apaga la luz mejor
que ayer será otro día
hoy no existe
y el futuro de mañana
fue una alucinación
una farsa
de quienes se sepultaron
en la ilusión del pasado dorado.