Ejercicio No 18 - Reflexión sobre “VERTIENTES” y mi participación
Moverse, sin ya un quehacer rutinario, leer el diario, un libro, ya lo sé, nunca terminarlo.
Moverse desde la mañana, caminar unas cuadras bastante solitarias por suerte, pocas veces cruzarse con otro desocupado y ver quién está más anquilosado. Prender la radio, apagarla.
Moverse, al menos las manos y tomar con soltura la hoja en blanco, pasar la propia película, es complicado. Algo se ve borroso cómo en los primeros filmes, se corta, se cambian las figuritas, pones la escena en un tiempo y forma.
Moverse, al final decido irme hasta el pueblo, caminar la plaza, frente a la Iglesia y adentrarme por la calle de los naranjos amargos, llegar hasta el anteúltimo de la esquina, al centenario, revisarlo de nuevo, dar vuelta a la manzana y ver si por esas casualidades, la encuentro, la saludo. Paso frente a su casa, como siempre, no está. Si alguien se entera de mis viajes inútiles, me llevarán a ese lugar indeseable. El día aún es largo, queda toda la tarde, vuelvo para mi mesa.
Si, se puede entender ¿Porqué Vertientes? Pero falta algo. Este grupo de buenas personas, me da la tranquilidad de escribir lo mío sin muchos requisitos, ninguno diría. Son “Ejercicios” mostrase como es, sin ponerse corbata, leer a otros cuenteros, dar mis opiniones y recibir la crítica, algunas veces demasiado generosas, otras adustas, bien recibidas por un artesano de este espacio.
¡Moverse amigos, esta es la razón de origen!
No puedo terminar esta reflexión sin dejar de agradecer a los iniciadores y amigos de este dilecto grupo.
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