Hay dias en los que me pregunto
Donde estara escondida la magia.
Y no hablo de galeras,
De palomas,
De blancos conejos.
Hablo de la magia cotidiana,
Esa que me despertaba cada mañana
Con aroma a tu café recien preparado...
La magia con que acomodabas los cabellos
Que, rebeldes, bailaban sobre mi frente.
La que aquel dia nos unio
Al igual q a nuestros labios.
La que hizo derramar lagrimas
Con el compas de cierta musica en comun.
La que flotaba en el aire cuando nos tomábamos
De las manos,
Cuando me abrazabas al dormir,
Cuando juntos soñábamos con las utopías
De un mundo mejor.
Hablo de la magia del ayer, del hoy, del mañana
Tan oscuro e incierto...
De los planes q juntos idealizamos.
De una caminata por la plaza
Mirándonos como tontos...
De la magia que implica
Ese inminente deseo de congelar
Las agujas de ese reloj que, despiadadas,
No pararon girar y girar...
Esas mismas que marcaron mis horas
Mas que felices
Y mis, mas que negros, momentos.
Nunca logramos hacerlo, detenerlas,

Por mas que quisimos
Por mas que deseamos con ansias...
No fue suficiente
Para eternizar la magia. No somos niños,
Pero que tal si nos copiamos un poco su locura?
Tal vez de esa manera
Podamos soñar, volar, crecer
Y dejarnos llevar por esos instantes
Que deseamos sean eternos.

Ana Rosa Awdejczuk Gonçalves
9/8/04