A lo lejos se divisaba
el infinito espacio de sinuosas formas
en cuarto menguante
hordas de guerreros invadidos por el pánico
asfixiados por el deseo de eliminar
o de ser eliminados...
Tus ojos una farola
incendio en tu rostro de sangre
tu templo y miles de invitados
el corazón ahogándose en una piscina
santuarios sobre dos elevados cerros
de invierno hoy infierno
ondulan
mas los ejércitos no claudican
La violación de tus sentidos
corrigiendo una historia de insatisfacciones
Me muerdes los ojos
mas ya no importa
pues aún así habría de verte
en plateado esplendor
dulce ser de alegrías y rabias
Los castillos despedazándose
inundación
de vida con nombre de muerte
una estrella
clavada en tu pecho
y yo
clavado en tus sueños.