Lo que me había faltado:

Hoy a estas horas apenas puedo creerle a mis ojos, que me cuentan horas y horas de ti. Pero con todo el tiempo que pase junto a ti, fui acumulando deseos, caricias, besos, y todo lo puse en un pequeño rincón en mi pecho justo junto un puñado de sonrisas, miradas, y muchas palabras sin sentido, que hubiera podido omitir para darle paso a algo mas, pero en este caso solo me sirven para llenar este gran hueco que tu presencia me hace sentir.

Entonces supe todo lo que faltó, y no es que no haya sido perfecto pasar el día junto a ti, es simplemente que me tiembla todo el cuerpo desde el momento en que apareces en mi día, y siento que si algo así tan grande como lo de hoy volviera a ocurrir todo lo que no he hecho tendría que ser así... al llegar a tu casa, debo verte fijamente a los ojos, tomarte suavemente por la cintura, y acercarme lento un paso mas, perder entonces mi mirada en tus labios, y antes de que siquiera un hola pueda tomar forma, sellarlos con un beso, calido y duradero como tu deseo lo permita.

Después regresar a ese fascinante tema de tus ojos y dedicarle mi mejor sonrisa, una sonrisa, Dios… tu sonrisa, me encanta simplemente ver tu sonrisa, y es por eso que me gusta hacerte reír para entonces finalmente comenzar triunfal el día. Siento que ahora sin remordimiento alguno pasaría largas horas junto a ti.

La diferencia sería esta vez que en las dos horas o diez minutos que siguieran en nuestras vidas, estaría ansioso tramando la forma de volver a reclamar, a tu cuerpo prisionero, y si nadie me viera me robaría tu boca, con su dulce sabor que acostumbras mantener, robarla beso a beso hasta que mas que tuya fuera mía y perdernos entonces en un mar de caricias sin fin.

Tal vez entonces tendrías que perdonarme por primera vez en el día, porque posiblemente entre el temblor y mis ansias, cuando mi recorrido pasara cerca de tu oído no podría controlar mas el grito que tenia en mi boca ahogándose lentamente y suave como un suspiro te diría que te quiero, como nunca antes, temiendo entonces por primera vez el atrevimiento de mis actos.

Cerraría los ojos y suplicaría fuertemente, porque en mi interior sabría que aun hay muchas cosas que se mantienen guardadas temiendo la llegada de las lágrimas si tú no caminas en la misma dirección en la que me intento dirigir, lagrimas que vayan a apagar de prisa un incendio en el corazón.

Leo´s…

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