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Inicio / Cuenteros Locales / andresibiris / HISTORIAS DE AMOR JUVENIL... PARTE 2

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Me encontraba pues, en la sala, con mi gatica, cuando ¡oh no! sonó la puerta, y en ese preciso instante ella se levantó, casi tirándome al suelo para abrir la puerta que había cerrado previamente con seguro; era la mamá.

Muy amablemente la señora me saludó, pero yo, aturdido aún con lo que había pasado, y todo despelucado, me dispuse a tener una pequeña charla con ella, es ahí, cuando los dos, mi gatica y yo, teníamos cara de pícaros, de haber hecho algo indebido, y debimos inventar una rápida pero convincente historia de lo que habíamos hecho esa tarde… no sé como, pero entre miradas cruzadas, nos pusimos de acuerdo en que habíamos ido a cine, pero lamentablemente mi tufo me delató y la señora me ofreció un dulce y hasta minutos después fue que caí en cuenta…!MIERDA…QUE TUFO TAN HP!...


Terminada la charla, me fui para mi casa, con la satisfacción de por fin haber cumplido mi acometido de ese día, pero como siempre, quiero más y más, para mí no fue una simple aventurilla más como las había vivido en otra época, era algo en serio ¡bien serio que se puso la cosa!


Al llegar a mi casa, todos se dieron cuenta la cara de satisfacción que tenía, como digo yo “LA CARA DE PONQUE”, y como no puedo guardar un secreto lo conté casi todo, claro está que a mi hermana, la persona con la que más tengo confianza, obviamente ella se puso muy feliz por lo que me había sucedido, porque al fin había encontrado la persona tan anhelada, una mujer linda y de buenos sentimientos.


Pasaron los días y mi cambio lo notó todo el mundo, cambié del cielo a la tierra, me volví una persona más sociable y más amable con todo el mundo, estaba tan feliz que todos los de mi salón de la U ya sabían lo que había pasado.


Aunque como no todas las historias tienen un final feliz, esta no es la excepción. Llegó el día que no esperé llegara tan pronto, me terminó, y precisamente estábamos en final de semestre y nos íbamos a ir de paseo con la hermana y con un amigo… que desilusión tan grande. Lo peor de todo, es que no me lo dijo ella sino mi amigo, el que me la había presentado.


Todo esto transcurrió de la siguiente manera: me encontraba arreglando la casa y estaba solo, de repente ring, ring… sonó el teléfono, y era mi amigo, al que en esta historia llamaré pachirris, él me dijo: que mas Andrés, y yo le dije, bien, feliz de la pelota, y fue entonces cuando me dio la trágica noticia, me dijo: -adivine que pasó con su gatica-, - qué, me terminó- y él me dijo sí, -ya me lo presentía- en esos momentos me quedé callado, y me preguntó: no me va a decir nada, yo le respondí, hablamos luego y colgué…


Estaba desesperado, no sabía que hacer, empecé a echar madrazos a diestra y siniestra, a pegarle puños a las paredes para liberar esos sentimientos indescifrables, ¿por qué, por qué, por qué me hizo esto?... Horas más tarde, y con la piedra por fuera, recibí su llamada, la de leidy , mi gatica, y muy descaradamente me dice: qué, ya supo, y yo le dice sí, y ella como si nada hubiera pasado, muy campante, me habló como si nada, y me relató lo que había sucedido, me dijo que se había visto con el exnovio y que simplemente había vuelto con él, inmediatamente me dijo eso, le tiré el teléfono…


Pasó una hora exactamente y me dispuse a llamarla para decirle lo que yo pensaba, le dije que no debería jugar así con los sentimientos de las personas, y que si no tenía las cosas claras con el exnovio, para que putas se metió conmigo, para usarme y luego tirarme a la basura, como si yo fuese simplemente un consuelo momentáneo.


Las cosas quedaron así ese día, no la iba a volver a llamar. Al siguiente día, cuando salí de clases, recibí una llamada a mi celular, era ella, me dijo que tenía que hablar conmigo urgente y yo le dije que sí, que viniera a mi universidad. Pasaron los minutos y casi hasta las horas, no la iba a esperar más, cuando llegó, yo le dije: bueno, diga rápido para que vino, que es lo que me quiere decir, con un tono un poco subido de nota, Leidy muy calmadamente me dijo que habláramos y nos fuimos a una cafetería; nos sentamos y pedimos algo de tomar, obviamente que yo no iba a pagar, y ella, un tanto asustada e indecisa tal vez, se quedó callada, y le dije: qué, que pasó, a que vino entonces, leidy me respondió, por algo estoy acá, me decidí a quedarme con usted porque pensé bien las cosas y me haces sentir muy bien…. ufff, que alivio sentía por dentro, nos besamos y dejamos de hablar del tema… ¡SE ME ARREGLÓ EL PASEO!, que bien.


Al finalizar el periodo académico, nos dirigimos los cuatro al hotel a las afueras de la ciudad, como a cuatro horas de camino, pero que demora la de las viejas…eee cosita si son demoradas ustedes para empacar cuatro chiros y salir volados… por fin llegamos al hotel, donde por supuesto nos hicimos en cuartos separados, ya saben, estaba la hermana y sola no la dejaban salir ya que supuestamente aún era muy niña…







CONTINUARÁ…

Texto agregado el 17-05-2006, y leído por 3541 visitantes. (3 votos)


Lectores Opinan
27-07-2006 Auch, intereante, en serio nunc ame iamgine la hsitoria, y menos que pasaran así las cosas... ¡Orale! ***** soycomoelmar
17-05-2006 Algo había notado, como si esa historia me hubiera pasado a mí, como coprotagonista. Creo que, recuerdo con claridad, que ese paseo lo hice yo y que no se me ha olvidado quien pagó la mayor parte de la cuenta,... pachirris
17-05-2006 rico por momentos que se muestran frescos. ¿que tan necesario es advertir que la historia no es la excepción? martijoel
 
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