Historia de un adiós no dicho.
Ofelia en donde estas, sabes que te extraño, por que te desapareces, por que te esfumas entre mis pensamientos.
¡Ofelia!
Eres el aire, y mi razón de existir, eres la musa de mis noches y la luz de mis días.
Te escrito mil cartas, mil canciones
Pero no las has leído, no las has escuchado
Mi corazón late con desesperación, palpita con ansias de tu llegada
¡Ah! donde has ido, padezco tu ausencia.
Parezco un perro sin dueño, un soldado mal herido al cual, han abandonado en batalla
¡Donde estas!, por que me castigas con tu abandono.
Ofelia eres conciente de del daño que me haces dejando este espacio vació.
¡Eres conciente!
Dime por que si es así, tus palabras fueron mentira y tú no me amas, ni me amaste.
Por que nadie ama para causar este pesar a su ser amado
Hemos sido tantas noches amantes, para que te marches apuñalando este cuerpo que te acobijo.
No lo comprendo no lo concibo, mi aun amada Ofelia
Que me estas haciendo pagar, te doy mi vida a cambio pero no te lleves mi alma contigo
Eres cruel al haberme permitido sentir tanto por ti, para ahora te marchas así como si nada.
Como si no nos hubiéramos fundido en uno
No me digas, ¿que acaso tú no me extrañas?
Tú no padeces mi ausencia
Dímelo, no calles, ¡no huyas!
Me diste amor y ahora me lo arrebatas
No es justo, no esta permitido ni en la tierra, ni en el infierno, provocar tanto mal alguien que vivió para hacerte feliz.
Que no se dio por satisfecho hasta plasmar una sonrisa en tu rostro.
No sabes acaso, que eres mi razón de existir
Quien me creo, me creo para encajar contigo.
No puedo aceptar el hecho que tu no sepas todo esto, no puedo hacerme a la idea de no verme en tus ojos, ¡no puedo!
Querer es poder, pero yo no quiero
Me rehusó a olvidarte
A reciclar tu recuerdo, por que tú recuerdo vive perpetuo en mí
Eres mi condena placentera, ¿no lo recuerdas?
Yo se que si, entonces que haces fuera de tu hogar que se vuelve una casa vacía sin ti.
Fundo mis lágrimas en desprecio, pero ni así puedo odiarte.
Aun sueño en verte aparecer, con un rayo de luz a esta sombra que has dejado.
Nada es lo mismo, las cosas simples que a tu lado me hacían feliz, ahora me deprimen.
Me entristece la primavera, las cosas bellas, por que no las puedo disfrutar contigo.
Te das cuenta del estropajo en que me he convertido, por tu huida.
La luna se burla de mi soledad, de mi desolación, ella seguro sabe donde estas
Cuando veo la luna me te imagino mirándola, te imagino pensando en mi y al mismo tiempo, te veo en brazos de otros y veo a esa redonda brillante mofándose de mí.
Pero se que piensas en mi, se que nadie te besara como yo, se nadie te hará sentir lo que yo te hice sentir a la penumbra.
Esa luna sabe la verdad, y se burla al ver en que me he convertido.
Este ser solitario sin mas ambición de que vuelvas a mi lado.
Ofelia
Esta serán las últimas letras en tu nombre.
Han pasado más de 10 años, ya las fuerzas no me dan para esperarte, he perdido tu recuerdo en brazos de otras, pero ninguna otra logro hacerme reír, ni llorar con tal intensidad con la que tú lo lograbas
No he vuelto a sentir pasión por ningún otro cuerpo.
Aun queda un poco de lujuria en mí ser, pero no puedo dar amor, ni seguridad.
Solo es perversión lo que quedo, tu te llevaste todo lo bello, dejándome los buenos recuerdos que me torturan, por que no se comparan a mi presente ni a mi futuro.
¿Dónde estas?, esa pregunta me absorbe día tras día, me abstrae en la tristeza al no hallarle respuesta.
Pero como te dije, me canse, me canse de perderte en cada segundo que te pienso y te alzo en ese pedestal de ideales que te cree.
Ya no, ahora ya no me puedo dar el lujo de sufrirte, el tiempo, marco la pauta del olvido.
Es hora de enterrarte aunque posiblemente estés viva y estés feliz.
Si es así, espero ya no saber de ti, sino te mataría con mis interrogantes, con mis quejas con mi dolor y antes de eso prefiero que todo quede así, en mis recuerdos y en estas ultimas líneas, donde me entrego por completo, y te entierro en mi memoria con todo el amor que me quedo por entregarte.
Adiós Ofelia
Te amo, para siempre.
Mónica Quirós
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