Oh musa de las musas
mi alma triste se queja;
mi amor por la niña
ha muerto, de nuevo, al despertar
Quisiera no haber nacido
para no sufrir por lo que sufro
para no saber lo que sé
para no amar demasiado.

Quisiera haber sido poeta
pero por las cosas del destino
te conocí, muchacha de mil colores
amante, la más querida, la de los olivares.

Amante de mares infinitos
poetas de mil colores
a una nueva tierra: ingrata.

Grito a lo lejos, posdata.
amada mia, estrella de mil colores
llevadme donde yo muera
llevadme, hasta allá, donde la muerte
encierra con mil colores
de betún. Zafra ya aceite de olivares.

Oh, bendita muerte
me corresponde a mi la suerte
de morir, viviendo siempre
oh bendita y anhelada muerte.

No te tengo miedo vieja muerte
contigo comienzo de nuevo
tal vez con mala o buena suerte
única cosa que te pido:
deja la musa descansar en vida
y marcharnos ya, al fin,
al paso desenfrenado de las musas
al festín de los perros, de la suerte...

Oh bendita y bienvenida muerte;
sonrío al verte y solo me atrevo a alabarte
y desearte buena o mala suerte,
he dejado la vida
bienvenida seas: muerte


*poema dedicado a Ivan Morales