Todo por Florencia
No me canso de mirarte. Nunca me cansaré de ese angelical rostro cuando duermes. Y ese dorado pelo que quiere caer sobre tus ojos, y yo no lo dejo.
No fue ira, no fue egoísmo tampoco, fue amor. Algún día todos entenderán, y vos también hija mía, que éste fue mi mayor acto de amor. Ahora dormí mi vida; ya mañana disfrutaremos de la paz que siempre quisimos y nunca pudimos tener… de la libertad que nos quitaron. Sí, yo también voy a ser feliz, pero por vos. Yo, todo lo siento y lo hago por vos.
Nunca olvidaré el día que descubrí que existías. Lloré. Lloré tanto. Tenía mucho miedo pero era feliz porque él estaría siempre con migo, lo había jurado, tenía que hacerlo. Era tu papá ¿No?
Pero se fue. El muy cobarde se fue. Y lo odié. Y me odié. Y te odié… Pero no…no me juzgues, entendeme, estaba sola… ¿Cómo te cuidaría? ¿Cómo podría hacerme cargo yo sola? Pero lo hice. Yo sí tuve el valor. Y seguí adelante por vos. Y me tuve que ir de casa, imaginate... ¿Que dirían los vecinos? Mis retrógrados padres no lo hubieran tolerado. Y me fui, me fui por vos. Una semana dormí en la calle, hasta que conseguí trabajo y me pude mudar a esta pocilga… llena de humedad…de cucarachas…de basura… y todo lo hice por vos ¿Cómo no podes verlo?
Igual no te preocupes; estoy segura de que sabés que soy una buena madre. Y aunque ahora no entiendas muchas cosas, sabés que siempre quiero lo mejor para vos.
Él no era para vos. No podía permitir que me dejes sola después de que di mi vida por vos. Él te haría infeliz, era un pobre diablo y un cobarde…como tu padre. Si lo hubieras visto llorar…suplicar: “Por favor señora, piense en su hija”. Como si él hubiese pensado en vos cuando te embarazó.
En cambio yo, yo siempre pienso en vos. Cuando dejé la facultad para ir a trabajar a ese bar de mala muerte lleno de tipos repugnantes con miradas turbias, todas posadas sobre mí; y yo quería escapar, y me encerraba en el baño durante horas que parecían siglos…pero sobreviví porque pensaba en vos.
…Y si Florencia...lo maté, lo tuve que matar. No podía permitir que ese infeliz te lastimara como me lastimó tu padre.
Pero ahora dormí, mi amor, dormí tranquila que mamá está con vos como siempre. Y no te preocupes porque mamá no va a dejar que ese bastardo que llevás en tu vientre, producto de tu deslealtad hacia mí, eso que llamaste “mi bebe” arruine tu vida. Mamá no va a permitir que te haga pasar por todo lo que vos me hiciste pasar a mí… No, no te equivoques, no te lo reprocho; si yo te amo, sería incapaz de algo así.
Pero ahora te prometo que no vas a sufrir más.
Hubiese preferido poder sacarte eso de la panza. Pero yo jamás podría hacerte pasar por un dolor tan grande. Por eso creo que esto es lo mejor. Creo que es el acto de amor más grande que una madre puede hacer. Decidí que soy yo quien, una vez más, cargará con el dolor… el dolor irreparable de perder a un hijo...
Dormí tranquila Florencia, que tu corazoncito ya se durmió; y yo… yo ahora sí voy a vivir tranquila Florencia… pero por vos. Nunca te olvides que yo todo lo hago por vos.
Emilce Santos
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