Inicio / Cuenteros Locales / persival / La culpa de Adán
Las hespérides danzan,
el árbol su aura emana
y trastorna a los malintencionados,
Apolo decide acercarse.
Luces y columnas
como pájaros se esfuman,
prenden un cigarro
y lo apagan con su brisa,
risueñas risas resuenan.
¿Dónde ha quedado el viento?
¿Dónde ha quedado el sol?
En los pulmones de Esper,
sobre las manos de Anza.
Dulces son al pasar,
la inmanencia del arco iris,
una recompensa, un duende,
la manzana,
el pecado original. |
Texto agregado el 16-05-2006, y leído por 118
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