Así como nace, también muere; así como triunfa, también pierde; así como ríe, también llora; así como luz, también sombra.
Así como así´pasa la vida; así como ahora llega la muerte; así como el suspiro del guerrero en la penumbra, así suspira cuando ve cerca su muerte.
Y así, aferrándose a un sueño ya soñado, toma del núcleo de su cuerpo magullado, una última razón para la vida.
Por ello, así como nace, muere; y he aquí el guerrero que yace muerto entre pájaros y árboles que una vez soñó; un sueño que por demás era bello, tranquilo, plácido... y que tornó las aguas de rojo, que no era rojo sangre, sino rojo valor, rojo ideal, rojo justicia, rojo Heraud. |