Rosa era una persona “popular” en la escuela. Tenia muchos “amigos” pero su única amiga, su verdadera amiga era Ana. La había conocido desde el jardín de niños; habían pasado la primaria juntas y lo mismo hacían con la secundaria. Solo había un problema, Ana no era popular. Las “amigas” de Rosa detestaban a Ana. En la escuela donde iban había división de clases. Se burlaban de ella, la golpeaban y le hacían bromas de mal gusto para ella. Rosa, para quedar bien con sus amigas no hacia nada para evitar los abusos. Solo podían reunirse después de la escuela. Cuando faltaban tres días para salir a vacaciones de invierno, llego un estudiante nuevo, Lázaro. El nuevo de la escuela era bueno para muchas cosas y a las pocas horas se hizo popular. A Rosa le parecía que era lindo y fue amor a primera vista. Ya en la tarde Ana fue a visitar a Rosa a su casa, platicaron por un rato hasta que llegaron al tema del alumno nuevo.
—¿Y que te pareció el nuevo, Ana?
—Me cae bien, ¿y a ti Rosa?
—Bien también, pero me parece muy lindo.—
Las dos amigas siguieron platicando y al anochecer Ana regresó a su casa. Al otro día el maestro de Química junto en equipos a los alumnos del grupo de Rosa y Ana. Ana tuvo como pareja a Lázaro y tuvieron la oportunidad de conocerse. Al poco rato ya eran buenos amigos. Pero, había el mismo problema que con Rosa. Salieron de vacaciones y Lázaro fue después de clases a casa de Ana.
—Tu amiga Rosa me parece muy bonita, desde que la vi por primera vez. ¿Me ayudarías a salir con ella?
—Esta bien, yo arreglare todo.—
Ana arreglo todo y los dos enamorados se vieron al otro día, fueron a dar un paseo por el parque mientras platicaban. Casi todos los días de las vacaciones salían juntos, a caminar o a ir a otros lugares. Un día antes que las clases volvieran a empezar Lázaro le pidió a Rosa que fuera su novia, ella acepto. Como recompensa por su ayuda, Lázaro y Ana no les importaba estar con Ana en la escuela y pronto ella también se hizo popular.