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La ciudad del origen, fue allí donde fui de viaje, para visitar a unos familiares. Su verdadero nombre era Mermaria. El viaje inicio cuando tome el autobús a mi pequeña cabaña en el campo. Llegue a la estación de autobuses y subí a uno color morado. No había nadie mas que el conductor, pues era uno de los viajes mas escasos de pasajeros, la ciudad a la que este autobús se dirigía era una ciudad de pocos habitantes. Mientras viajaba en aquel autobús, podía ver el paisaje del campo: los pastos verdes, las coloridas flores, los pájaros cantores y una infinidad de cosas mas. Al llegar a un lugar que partía los caminos, deje el autobús y me dispuse a caminar por un sendero pedregoso y accidentado. Tras caminar unos kilómetros a lo lejos pude ver mi cabaña. Cuando llegue, entre a mi cabaña y me dispuse a tomar un poco de ropa y otros objetos y los eche a una maleta. Tome mi maleta y salí de la cabaña. Espere al autobús, después de haber vuelto a caminar el camino de regreso al lugar donde se partían los caminos, luego el autobús llego. subí a el y vi que no tenia pasajeros, como era de esperarse. De regreso a la ciudad, tome un tren que pasaba cerca de Mermaria, la ciudad del origen, y en el transcurso del viaje, pude divisar mi cabaña a lo lejos. Minutos mas tarde, baje de tren. Era una tarde calurosa y el paisaje maravilloso de la naturaleza podía apreciarse con placer. Me dispuse a caminar por un sendero que podía apreciarse por la falta de naturaleza. Camine y camine y tras unas horas de caminar a lo lejos pude divisar las chozas de los habitantes. Al anochecer llegue a ese misterioso pueblito, no había luz solo el resplandor de sus velas. Me dirigí a un pequeño hotel, donde fui recibido gratamente y dormí en la única habitación del hotel, después del gran día que había tenido. Al amanecer, los rayos del sol golpearon mi cara haciendo que me despertara. Me aliste para un día agotador y me dispuse a salir. Los habitantes de ese lugar eran raros y yo también para ellos, pues me quedaban viendo, inspeccionando cada centímetro de mi. Ellos eran pálidos, de una estatura no muy alta ni muy baja, vestían con ropas rotas y no utilizaban calzado, sus ojos miraban fijamente y su voz parecía de ultratumba. Trate de no hablar mucho con ellos, solo cuando fuera necesario. Decidí hacer una excursión al cementerio del pueblo y pude ver los nombres de mis dos familiares que habían habitado allí: Sara Valentine y Vladimir Valentine. Con este hecho supe que no tendría otra opción mas que quedarme en ese lúgubre hotel. Seguí investigando hasta que llegue a un pequeño lago, dos habitantes se encontraban ahí, danzaban en la orilla del lago repitiendo sin cesar con su voz de ultratumba los siguientes satánicos versos.
—Oh, señor que habitas en Mermaria ven a nosotros.—
Mientras observaba, alguien me aprisiono por detrás, mi aliento se fue. El susto fue tan fuerte que mi voz no pudo salir de mis labios. La persona que me había aprisionado me llevo frente a los danzantes. Me tiro en el lodo y se puso a danzar y repetir esas terribles palabras. Unas cuantas veces mas fueron repetidas y pararon el seco. Todo el lugar quedo en silencio, de repente, del lago comenzó a salir un pequeño grupo de burbujas que, lentamente aumentaba su tamaño. El miedo me invadía y solo podía esperar ni fin. Finalmente, trayendo a un hombre, supongo que venia de otro lugar. Lo echaron al agua y rápidamente se hundió dando unos sonoros gritos. Las burbujas desaparecieron unos minutos después. El gran lago, el tenebroso lago, se quedo quiero. De repente, un ser, un macabro ser salió del agua. Este parecía ser una salamandra gigante, con un color de piel verde y una mirada penetrante. Al ver a la criatura, los tres nativos se echaron a correr. El ser fue tras ellos con una velocidad impresionante y los devoro. Yo me encontraba muy impresionado, temiendo que el reptil regresara por mi. Al ver que no acontecía, me levante e impresionado divise algo terrible para mi situación. Las burbujas comenzaban a reaparecer y tres reptiles más salieron, aunque no tan grandes como el anterior. Huí de allí, hacia el pueblo. Todo era un caos, un saurio devoraba todo habitante a su paso. La multitud huía pero aparecieron los otros tres seres que imitaron a la otra criatura. Llego un momento en que el gran reptil cayo al suelo, seguido por los otros tres. Una gran nube púrpura los cubrió y un asqueroso hedor volaba por los aires. Cuando las nubes desaparecieron, los 4 reptiles las acompañaron. Ahora habían tres grandes bestias parecidas a leones, su color verde había cambiado a negro y sus dientes parecían gigantes agujas. El gran reptil era muy parecido a los otros pero este tenia mayor tamaño y una gran melena. Las cuatro bestias siguieron con su acto de maldad. Mientras tanto, yo, al ver semejante acto fui corriendo al hotel donde me había hospedado, busque mis maletas y corrí hacia mi seguridad. Mas, cuando salí, la ciudad estaba desierta, lo que había sido una triste ciudad ahora estaba en ruinas. Las bestias habían vuelto a cambia, eran como yo, unos humanos. Los vi quitándoles la ropa a unos muertos que yacían en el piso de su ciudad natal. Cuando uno de ellos logro verme, avisó a los otros y fueron hacia mi con la intención de matarme. Corrí con todas mis fuerzas, ya no podía sentir el cansancio, los seres venían muy cerca de mi. Debí haber corrido kilómetros perdiendo la noción del tiempo, porque pude ver a lo lejos mi cabaña. Volteé para ver a mis perseguidores y no los vi, pensé que habían decidido dejarme pero, no. Ellos habían vuelto a transformarse, ahora en unos seres demoníacos, tenían alas de murciélago y su cuerpo semejaba a un ave, pues tenían un plumaje macabro. Me seguían desde el aire. Llegue rápidamente a mi cabaña y cerré todas las puertas, solo las puertas ya que mi cabaña no tenia ventanas. Mi pequeño refugio es un poco frágil así que solo me queda poco tiempo de vida. Hace un rato, una de las criaturas me dijo unas palabras infernales.
—Cuando te tengamos, adoraras al señor de Mermaria —
Ahora solo puedo despedirme diciendo adiós y haciendo una advertencia.
—¡No entren a Mermaria, la ciudad del origen! ... Han entrado.

Texto agregado el 15-05-2006, y leído por 110 visitantes. (1 voto)


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