En el olimpo, algunos dioses se reunían para discutir un asunto: Gobernar. Los tres dioses mayores Zeus Hades y Poseidón se encontraban en el centro del olimpo y los otros dioses charlaban en otros lugares.
—¡Atención!—
Dijo Zeus
—Todos los dioses menores tomar asiento. Poseidón, Hades siéntense junto a mi.—
Los dioses se sentaron en unos asientos que se encontraban alrededor. Ya sentados, Zeus se levanto de su asiento y tomo la palabra.
—Estamos reunidos algunos dioses que somos los más sabios, para discutir algo que se rechazó hace muchos años: Gobernar de nuevo. Hace 240 años se intento controlar de nuevo a la tierra, pero una diosa... —
Zeus fijo su mirada en Atenea
—No se decidio eso. Ahora la votación será tomada de nuevo. De pie, todos los que están a favor.—
Poseidón, Hades y Ares se levantaron al mismo tiempo, seguidos por otros dioses.
—Muy bien, pueden sentarse. Ahora de pie los que quieran conservar todo. Atenea, Artemis y Apolo se levantaron seguidos por unos cuantos más. Bien, bien se ha tomado la decisión. De nuevo los mortales serán controlados. Todos tienen su territorio, pueden irse.—
Poseidón había llegado a sus territorios, convocó a todo su imperio a una reunión.
—Traigo buenas noticias, la gran asamblea ha reanudado otra vez la votación, con el propósito de dominar. Y hemos ganado. Ahora nosotros tenemos la oportunidad de tomar los mares. Vamos, limpien nuestros océanos.—
Los sirvientes subieron a la superficie y comenzaron a destruir barcos y muelles. Poseidón fue a su trono y se sentó. Por otro lado, Hades estaba con sus ejércitos listos para poder matar personas. Zeus tiro su trueno sobre la tierra y todo empezó a quemarse. Los humanos en la tierra perecían poco a poco. Atenea sufría al verlos así. Por ello, fue a ver a su padre, Zeus.
—Padre, ¿por qué? ¿Por qué haces esto?—
Zeus le dio la espalda a su hija y dijo.
—Hija, nosotros hacíamos esto hace muchos años, cuando tú eras niña. Ellos obedecían nuestros mandatos y cuando se revelaron, por tu culpa, por cierto, iban a ser castigados algún día. Pero tu voto hace 240 años fue lo que lo impidió. Pero ahora no pudiste hacer nada. Disfruta nuestro reinado.—
Zeus dejo a su hija y al Olimpo para bajar a la tierra. Reunió un grupo de dioses y los mando a la batalla. Después, subió al Olimpo y cerro las puertas. Un sirviente de Poseidón supo que Zeus había cerrado el Olimpo y fue a avisarle a su amo.
—Señor Poseidón, el señor Zeus ha entrado al Olimpo y ha cerrado las puertas.
—Puedes retirarte sirviente.—
Respondió Poseidón mientras se levantaba de su trono. Cerró las puertas de su templo y quedo con sus generales. Hades salió de su aposento y mando a sus tropas a la tierra. Poseidón, después de haber estado unas horas encerrado en su templo, salió y convoco a sus demás sirvientes.
—Hoy, tenemos una gran oportunidad, Zeus se ha ido; sirvientes, generales... suban y háganme el rey supremo—
Poseidón alzo su tridente y los mares subieron cubriendo gran parte de la tierra. Y los ejércitos de Poseidón subieron a la tierra. Los generales tenían a un grupo de soldados a su disposición. Mientras tanto, Hades observaba lo que había hecho su enemigo. Llamo a sus sirvientes: Tánatos e Hipnos a quienes dijo.
—Hoy Poseidón ha tomado parte del territorio de Zeus, pues el ha cerrado el Olimpo. Suban a la tierra y quítenle un poco del territorio. ¡Retírense!—
Sus sirvientes salieron de ese lugar y cada uno tomo una parte del ejército de Hades. Atenea, que se encontraba merodeando por los territorios de Poseidón se encontró con Niké, su amiga de la infancia, y le propuso algo.
—A ninguno de nosotros agrada esta guerra, ayúdame a combatir a los demás dioses.—
Niké no contestó y siguió su camino. Atenea la siguió hasta un templo que se encontraba en el centro de la ciudad. Había una vasija resguardada por tres soldados de piedra: uno de Hades, otro de Poseidón, y uno de Zeus. Niké se volvió hacia Atenea y dijo.
—Esta es la vasija donde se encuentran las almas de héroes mitológicos. Necesitamos la cooperación de otros dioses. Tus hermanos: Apolo y Artemis pueden ayudarnos. Regresa con ellos lo más pronto posible.—
Niké salió del templo seguida por Atenea. Atenea fue en busca de sus hermanos que se encontraban vagando por el mundo. Atenea logro juntarlos y emprendieron el camino a la Antigua Grecia. Mientras tanto, Hades tenia en su poder la mitad de la tierra y Poseidón la otra mitad. Zeus observaba desde el Olimpo como los dos grandes dioses dominaban. Después de unas horas, Atenea y sus hermanos llegaron al templo y Niké los esperaba frente la vasija.
—Ustedes, necesito que ataquen a las estatuas, mientras yo saco la vasija. Así se hizo y el plan funcionó, Artemis se dirigió a todos.
—Ahora, ¿necesitamos cuerpos humanos para colocar las almas?
—No, las almas buscaran personas especiales para reencarnar. Necesito que salgan de aquí y traten de detener la llegada a Grecia. Yo abriré la vasija y las almas saldrán pero no pueden ser tocadas por ningún otro ser viviente.—
Apolo salió y subió a la construcción mas alta del lugar y desde ahí atacaba a los guerreros que querían entrar. Niké abrió la vasija y tres almas salieron de la vasija. Salieron del templo a distintas direcciones. Las almas viajaron por todo el mundo y se metieron en las personas indicadas. Artemis salió del templo y llamó a Apolo.
—Apolo, necesitamos que nos prestes tu arco.—
Apolo le dio el arco a Artemis y Atenea su báculo. Niké tomo las armas y las metió en la vasija donde después Artemis coloco sus flechas. Las tres armas salieron hacia los héroes y empezaron a luchar. En el territorio de Ares, los bersekers se preparaban para salir a tomar territorios. Ares mando a su ejercito hacia la superficie y el iba encabezando a su ejercito.
—Vamos, tenemos que infiltrarnos dentro del territorio central.—
Ares y sus bersekers entraron al territorio central, donde los ejércitos de Poseidón y Hades se encontraban. Hubo una batalla sangrienta donde la mitad de los ejércitos de Ares fueron vencidos. Ares había perdido una batalla pero solo una. Mientras tanto los tres héroes mitológicos peleaban para proteger a los humanos. Pero, fueron emboscados y murieron en batalla. Ares, que había sido vencido, regreso a sus territorios del inframundo y fue a hablar con Hades.
—Señor Hades, necesito que me ayudes a derrotar a los ejércitos de Poseidón para tener un poco de su territorio.—
Hades, que se encontraba sentado en su trono, respondió a la petición.
—No puedo ayudarte, él ya conquistó sus territorios y yo los míos. Pero, puedo darte unas tierras.—
Ares se arrodillo y dijo.
—Gracias, señor
—¡Retírate!—
Ares se levantó y salió del palacio de Hades. Niké, Apolo, Artemis y Atenea iban destruyendo los ejércitos de los dioses mayores. Pero, por más que luchaban, no podían terminarlos. Ares, que había recibido parte de los territorios de Hades, tenia miedo de que Poseidón conquistara sus territorios. Así que, fue al infierno del Tártaro. Ares los liberó. Cronos, Océano e Hiparión. Los tres salieron y mataron a Ares. Destruyeron el infierno y salieron a la superficie. Zeus supo de la destrucción del infierno y abrió el Olimpo y sus ejércitos bajaron. Los tres titanes llegaron a la superficie y empezaron a destruir los ejércitos de sus hijos. Hades perdió a todo su ejercito y fue a refugiarse con Zeus. Poseidón cayo y fue a refugiarse en su territorio, los mares. Los ejércitos de Zeus no duraron mucho y al final solo quedaron Poseidón, Hades y Zeus. Eran los últimos en Grecia. Otros dioses murieron protegiendo a los humanos. Cronos combatió con Zeus; Océano, con Poseidón y Hiparión, con Hades. Al final de todo los dioses murieron quedando solo Cronos, pues sus compañeros fueron vencidos. Al ver la gran perdida, Cronos prefirió regresar el tiempo para evitarla. Pero con su poder también destruyo el Olimpo y la Atlántida desapareciendo junto con todos los dioses.