Entonces le eché bencina al auto pero de todas formas no lo pude hacer volar, seguia pegado al pavimento y mientras miraba las ruedas te vi pasar, y mi piel se arrugo, perdí mis dientes y se me cayo el pelo y tu no te diste cuenta, seguias sonriendo e incluso me tiraste una limosna de 100 pesos para ser exacto, te alejaste, y yo voli a mi estado comiendome unos arrollados que venden en la esquina, que por cierto creo que son los mejores del barrio, efectivamente hechos con aceite de camión, me subi nuevamente al auto presione el acelerador y comenzé a elevarme, sin darme cuenta ya estaba en casa con el auto elevado 6 pisos, quien sabe por que. Quiza el momento en que transitaste por mi alrededor me di cuenta de que recorrí mi vida ida y vuelta y por eso decidí terminar con mi vida