Diálogo de dos amantes antes de hacer el amor:

- Amor te quería preguntar algo – dijo Laura con sus ojos trasparentes -
- Sí, lo que quieras – respondió Carlos -
- Respecto a mi amiga Susana...
- Sí, te escucho
- Eso, ¿si con ella habías tenido algo...? – esbozó teñida de vergüenza -
- ¿Algo cómo qué vida? – repreguntó asombrado -
- Algo, si se habían acostado juntos – insistió Laura con aires de sospecha -
- Ah no, porqué ¿Ella te dijo algo? – volvió a preguntar él -
- ¿Porqué tiene algo que decirme? – esbozó ella indignada -
- No, no sólo preguntaba
- Pero si preguntaste será porque algo sabés, ¿No? – insistió con sus pupilas lubricadas por las lágrimas -
- No vida por nada, no tuvimos nada – aseveró Carlos mirándola a los ojos -
- No sé, no entiendo entonces...
- ¿Qué no entendés? – acotó él algo cansado de cuestionamientos absurdos -
- ¿Porqué me preguntaste lo que ella había dicho, antes de responderme?
- Porque imaginé que tu amiguita había hablado demás – respondió algo tenso -
- Mi amiga nunca dice más de lo debido – reforzó Laura enojada -
- Ah, no te creas eh – murmuró él recordando -
- ¿Porqué lo decís?
- No te acordás cuando me vio con mi compañera de trabajo – contestó con la mirada atrapada en ese affaire -
- Ni me lo recuerdes – gritó ella enroscando sus cancanes con sus manos -
- Claro pero ella fue y te lo comentó al instante, alcahueta – siguió diciendo Carlos -
- Mirá mi amiga no es ninguna chusma ni nada, vos estabas con esa tarada y ella te vio nada más – respondió alterada al borde del llanto -
- Ah, saludar a una compañera ya es pecado – insistió él mientras fumaba un cigarrillo -
- En vos sí que lo es – esbozó Laura levantándose de la cama –
- ¿Y que encima te vas? – preguntó indignado Carlos –
- Claro que me voy, ya no tengo ganas ni de hacer el amor contigo – le dijo a la vez que se seguía vistiendo apresuradamente -
- Y tomá quedate con las fotos que nos sacamos el domingo, ya no las quiero, farsante.
La puerta sacudió la habitación en compañía de un lamento itinerante que atravesaba el aire.

Carlos había quedado observando el reflejo de su rostro destellando por el cuarto, mientras su cuerpo recostado se distendía en soledad. Luego la paz, el silencio, la masturbación pensando en su excompañera Susana y los ronquidos acunándolo en una larga siesta.

Ana Cecilia.