Prologo Estaban hechos el uno para el otro. Ella era los pies descalzos. Él la huella que dejaban sobre la arena. Ella era ave, él era aire. El los besos, ella los labios. Ella la sonrisa, él el motivo para sonreir. Ella era la paz. Él era la guerra. El una gota de rocío... Ella, la peonía sedienta. Ella la pasión. Él el deseo. Él era todo. Ella era la nada. Estaban hechos el uno para el otro. Habían logrado amarse con el alma. Ahora, solo les faltaba...amarse con el cuerpo.
Texto agregado el 14-05-2006, y leído por 151 visitantes. (4 votos)