Ciudad que me fascinó desde siempre, había imaginado sus calles, soñado con sus edificios, olido sus aromas....pero mas me cautivo cuando la conocí, descubrí que todos esos olores eran mas frescos, sus calles estaban llenas de alegría, de vida y sus edificios acogedores y señoriales.

Granada es como yo, algo tímida.
Al amanecer el sol sale con timidez, con poca fuerza como queriendo ocultar algo, algo que tienes que descubrir, algo que te dará a conocer solo cuando te ganes su total confianza, por eso, a mediodía cuando sale el sol con fuerza, es el momento de ganarte esa confianza y poder descubrirla.Es entonces, cuando mi fe y mis anhelos cobran fuerza, porque tiene parte de mi, parte de mis sueños.
Y cuando llega la noche, mi corazón se ha rendido a sus pies, se descubre su embrujo.

Sus calles siempre llenas de gente acogiendo tanto a residentes como visitantes, su olor a diferentes culturas, el murmuro de la gente mientras pasea, mientras toma tapas, la gente aqui se llena de sueños, cultiva su mente y obtiene paz para su lástimada alma.

Granada me sorprende cada día y nunca ha dejado de hechizarme.Y no tienes mas que pasearte a la luz de la luna por la Carrera de Darro o cenar en el mirador de San Nicolas a la luz de las velas, seguro que te embruja.

Granada tiene la belleza de la luna y Castellón la tibieza de la playa.