Me acuerdo que fue en 1997, justamente cuando hice la primera comunion, en la parroquia Inmaculada Concepcion de Suba. Para ese entonces estaba yo en catequesis, y la verdad esa epoca fue muy bonita para mi, pero hubo algo que me marco para siempre, y que aun con mis errores, esta siempre presente.

La reunion de ese sabado termino aproximadamente a las 4 p.m. Mi papa llego con mi mama y con mis hermanos a recogerme, me acuerdo que siempre ibamos a algun lugar, ya fuera al parque infantil de "Ekono" o nos quedabamos jugando futbol en el parque. Pero ese dia fue diferente. Mi papa nos propuso que fueramos a un lugar diferente, asi que en esa ocasion fuimos a la loma que quedaba arriba de mi Colegio. Cabe aclarar que vengo de un colegio de la orden de los Agustinos Recoletos.

Lo interesante del caso es que paramos en un parque, y nos bajamos. Logicamente fuimos al rodadero, empezamos a correr, pero al fondo vimos a dos niños que jugaban alegremente. Pero eran niños pobres, y se veia en su vestimenta. Nosotros, Andres, Santiago, y yo nos quedamos viendolos. El juego consistia en que se deslizaban por una loma sentados en una caja de carton. A pesar de que la estabamos pasando muy bien, y creo hablar en nombre de mis hermanos, sentimos una cierta envidia. Pero como, nosotros?, unos niños del aparente y mal juzgado estrato 6 jugando con niños que claramente pertenecian al sector marginado de suba?. Caray, aqui es cuando viene la contradiccion. Esos niños se dieros cuenta de la atencion que les prestabamos, y se acercan a nosotros, y nos parten unos pedazos de su caja, y nos invitan a jugar con ellos. Parecia a todas luces incongruente. Creo que en ese momento, no hubo prejuicios en ninguno de nosotrs, ni en mi mama ni en mi papa, y muchisimo menos en mis hermanos y yo. Accedimos gustosos a la invitacion, y nos pasamos casi 2 horas jugando con esos niños, deslizandonos con ellos, compartiendoy divirtiendonos. A voz personal, esa fue la vez que mas me he divertido en mis 19 años de vida. No es por presumir, pero lo he tenido todo, ninguna cantidad de dinero podria pagar la felicidad que senti aquella vez. A cambio de que nos dejaron jugar con ellos? De NADA.

Nunca supimos sus nombres, ni su origen con exactitud. Pero creo que esa fue la unica vez, en la que de verdad me senti una verdadera persona, libre de prejuicios, libre de prevenciones.

Hay que reconocer que la sociedad en la que vivimos nos ha infundado miedos y temores, validos en algunos casos, y espurios en otros. Pero el mensaje de este cuento es que detras de esas personas pobres que vemos en los semaforos, de esos desvalidos que salen por television, hay personas ante todo, que tienen sueños, aspiraciones, ideales. Hacen parte de nuestro mundo, no los podemos ignorar, y puede ser mas lo que nos den ellos a nosotros, que lo que les podemos dar nosotros a ellos.

Por ultimo quiero pedir excusas al lector, si el cuento tiene errores de redaccion. La verdad soy malo para escribir este tipo de cosas, y ante todo, por la falta de tildes en el escrito, pero este teclado parece que no aguanta la aplicacion. Muchisimas gracias por el tiempo que dedico a este recuerdo de infancia.