Lúgubres sueños arbóreos, destapen con fuego mis ojos: la poesía no es poesía sin que navegue una herida. De sangre se baña la liebre, costilla que abrasa su vientre. Un trueno escondido en el río cobija su lecho sombrío.-
Texto agregado el 13-05-2006, y leído por 217 visitantes. (2 votos)