No es por gusto que beso tus labios. No es por placer que busco tu piel y robo tu esencia. No es por lujuria que me pierdo en tus ojos y te imagino a mi lado. Ni gusto, ni placer, ni lujuria me guían, pues sólo recibo desdén y amargura. Saberte ajena y lejana es cosa de todos los días y mi mente enfermiza ya no tiene problema. Se ha acostumbrado a tu locura y ha asimilado tu presencia etérea y fugaz.
Si eres brisa matinal o tornado arrasador ya no tiene importancia. No es tu forma la que me atrae sino el ojo de tu huracán. Ese núcleo de volátil confusión que no necesita ser domado sino comprendido y compartido. Prometí resistir. Prometí no sucumbir. Prometí no volar contigo, pero nunca he sabido cumplir mis promesas.
Yo sé que me negarás tres veces antes del ocaso. Yo sé que estas palabras las arrastrarás al olvido. Yo sé que disfruto el sufrir y que tu ni siquiera estarás conmigo. Yo sé que volarás y que estas palabras se las llevará el viento.
Texto agregado el 19-12-2003, y leído por 664
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Lectores Opinan
19-12-2003
La última parte me parece que desentona con el resto que está muy bien escrito, muy bien narrado. tambordehojalata
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