Vuelvo destronado al filo de lo imposible.
Qué terca osadía me tensa,
me atribuye
me devora.
Ojalá que nunca regresen aquellos momentos
indignos para el mundo o secretamente
callados
para siempre.
El sigilo que llegó
no fue por tí;
siquiera por ninguno de los dos.
Fuimos leyes,
fugacidad huidiza
o gloria de duendes
que jamás encontraron su reinado.
La ingrata imaginería del mundo
nos desmonta.
La realidad, ofensa tenaz,
habla de tí en el idioma de los incautos.
No te veré más
quizás debajo de nubes indemnes
quizás por puentes o callejas de difícil trazado.
El adiós es más profundo si se siente a tu lado.
Santiago
Texto agregado el 12-05-2006, y leído por 79
visitantes. (1 voto)
Lectores Opinan
12-05-2006
me acuerdo y...
bella nostalgia benluthor
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