Y la frustración perla de sudor mi frente, y te dejo sola cuando menos debo y más me requieres, y me necesitas como apoyo, pero no puedo ayudarte y me quedo mudo retraído, culpable a mi modo en mi mundo dormido.

Se debilitan hasta mis ganas de verte por el oprobio y la pena que siento de ser ineficiente a tus deseos, a tus placeres dormidos, a todas esas cosas que darte aún no puedo pues no me corresponde despertarte de este sueño.

Es aquí donde mis fallas flotan como pajas sobre el agua turbia, y mis manos no alcanzan a rodear tu necesidad de respuesta, y mis ganas no son suficientes, y mi querer deja de ser poder en el hacer pendiente...

Y nuevamente me siento humano que al no ser omnipotente, te deje incompleta de lo que debiera poder significarte, ahora que la imposibilidad de alcanzarte completamente mientras no estés sola, me mantiene dispuesto a intentarlo, y para el día de mañana que llegues a mis brazos, pueda quererte como te mereces.