Capitulo 10 Oscuridad en la noche sin luna
Frente a mí estaba la única mujer a la que había amado, tomada de la mano por mi peor enemigo. El invasor que deseaba apoderarse no solo de mi tierra natal si no también de mi princesa. Deseaba matar a Frey con mis propias manos, pero mi voluntad flaqueaba, no sabía que hacer. Solo observaba a las dos personas frente a mí, intercambiando miradas de amor, y después para incrementar mi sufrimiento los vi abrazarse y besarse con pasión tan extrema que parecía que ambos habían esperado ese momento por largo tiempo.
Durante todo ese tiempo permanecí inmóvil y en silencio, pero no pude contenerme más y decidí hablar.
Princesa. ¿Qué esta pasando aquí? Pregunté con desesperación ¿Por qué permites que nuestro enemigo te bese? Por favor dime algo, te lo suplico mi querida Anghye.
Frey lanzó una terrible mirada sobre mí como si viera a un animal que le esta causando molestias. Mientras que la princesa me vio con esa arrogancia usual en ella. Ambos permanecieron en silencio unos instantes. Finalmente Frey dirigió su vista hacia Anghye y le dijo:
Mi amada reina, dime que es lo que debemos hacer con este… sirviente.
Ha dicho bien, mi señor –respondió Anghye –el es mi sirviente y la verdad es que nos ha hecho magníficos servicios. Debe saber, mi señor, que el dio muerte a mi hermano Nohirt, me rescató de las garras de un violador y por último me ha traído hasta aquí.
Ya veo –dijo Frey –entonces no es solo un vagabundo en busca de fortuna, es en realidad un fiel súbdito de la reina.
Así es, mi señor –la princesa me miró de forma piadosa –debemos dejarlo que siga adelante con su labor, pues él es un guerrero que alguna vez estuvo combatiendo en tu ejército.
Escuchar las palabras de Anghye causaba más dolor a mi corazón de lo que cualquier espada hubiese logrado. Pero dentro de mí algo me decía que ella solo intentaba protegerme, de la misma forma que lo había hecho cinco años antes. Aunque no podía estar seguro, ya que todo había sucedido tan rápido que por momentos llegué a pensar que se trataba de una pesadilla.
Aún intentaba ordenar mis ideas cuando escuche la voz de Anghye dirigiéndose a mí.
Kraos, debes viajar a la frontera y luchar contra los salvajes, es tu deber proteger este reino, y protegernos a nosotros tus gobernantes.
Tras esas breves palabras, la princesa dejó de verme y dirigió toda su atención a Frey. Igualmente, él me ignoro y besó nuevamente a mi querida Anghye. Era demasiado para mí, no había necesidad de seguir ahí. Me arrodille y juré lealtad al futuro rey, por supuesto no recibí respuesta alguna así que me puse de pie, di media vuelta y me dirigí por los pasillos hasta salir del palacio. Por unos instantes permanecí de pie ante la puerta del castillo, buscando una respuesta. Debía alejarme o tal vez ocultarme en la ciudad y esperar una señal de mi princesa. Sin darme cuenta salí de la capital, era obvio que deseaba estar solo y pensar.
Durante algunos días permanecí en los alrededores de la ciudad y ocasionalmente rondaba el castillo, pero nunca pude ver a mi querida Anghye. Intentaba encontrar consuelo en el río donde conocí a mi princesa y guardaba la esperanza de verla bañándose como solía hacerlo de niña, pero todo fue en vano. Al parecer el destino había tomado su decisión.
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Ha pasado un año, desde la última vez que vi a Anghye y acabo de escuchar lo que tanto temía. Mi amada princesa ha muerto. Dicen que enloqueció y se suicido, pero yo no puedo creer eso. Debo saber la verdad y solo hay alguien que seguramente la conoce.
Es una noche sin luna, la oscuridad lo domina todo. Seguramente Anghye se encuentra en un lugar de oscuridad pero pronto estaré con ella, después de arrancarle la verdad a Frey, le cortare el cuello y entonces podré morir para servir a mi princesa en mundo de tinieblas.
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Maldito, mil veces maldito. Esa bestia que dice llamarse Frey me ha confesado que mató a mi amada niña por que se había convertido en un estorbo. Ese bastardo planea casarse con la princesa del reino de Kentar para obtener el derecho a gobernar ese territorio. Y solo por su estúpida ambición acabó con la vida de mi amada Anghye.
El destino se burla de mi, no solo fracasé en mi intento por matar a Frey, al igual que hace seis años estoy en esta maldita mazmorra donde seguramente me pudriré. Ese maldito puede ver en el corazón de las personas, ha jurado no matarme, por el contrario me mantendrá con vida por muchos años, torturándome en este calabozo. El sabe que deseo morir para estar con mi amada y por eso lo evitara para disfrutar de mi sufrimiento. De hecho ya ha empezado, mientras el verdugo arrancaba mi único ojo, me narró detalle a detalle la forma en que violó a mi princesa antes de clavarle una daga en el vientre.
Ahora estoy ciego y deseo morir pero en medio de la oscuridad puedo ver el resplandor de mi amada Anghye, como siempre en ella encuentro la fuerza necesaria para no suplicar sin importar lo terrible del castigo. Sé que algún día he de morir, eso ni Frey lo puede evitar, y entonces encontraré la paz y podré estar con mi amada princesa por una eternidad en medio de la hermosa oscuridad.
FIN
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Dedico esta novela a mi querida amiga:
Psikotika. Princesa de las Tinieblas
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Esta novela pertenece a una colección de historias titulada “Más allá de las memorias”
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