Sólo fue un breve momento, guardé silencio y poco esperé,
ya estabas dentro, me encontré dentro yo, y hermosamente
sustituimos el silencio, porque sin sonidos disfrutamos el momento.
Pude oír el viento, y sentir la tibieza de tu cuerpo,
relajado y nervioso a la vez, innecesariamente te quise
atar a mi cuerpo, para extender a interminable ese momento.
Sentí tu sabor y el aroma que esperaba por mi encuentro,
y cerrando los ojos me fui más y más profundo
hasta que no sentí mi cuerpo ni el tuyo,
y éramos un pensamiento, unido por unos segundos.
Penetré tu piel por cada poro de tu cuerpo
y me traje a casa tu sabor, tan profundo como llevo el sentimiento,
y en cada parte de mi cuerpo que probándote me hizo tuyo,
puedo sentir tu esencia, puedo encontrarme de nuevo.
En tu mirada, en tu mente que vaga libre y loca
si la alimento a cada respiro como me pasa contigo,
mientras yo piense en ti al encontrarme en tu boca.
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