Ayer que volví a escucharte, olvide tu cara
el cable telefónico, reprodujo simultáneamente con premura
las palabras acariciadoras de tu voz.

En el momento sentía un poco de sueño, un material volátil parecido al terciopelo, delicado, muy delicado, se deslizaba suavemente sobre mi rostro.... también mi voz cambio imitando la tuya, se torno dulce, fragil y delicada.

Repentinamente, la agudeza del dolor dormía mis piernas, mis brazos, mis labios...
poco a poco perdía la noción de la realidad. Mas, entre los jirones de sueños arrugados por mis manos en ademán de protección, se escondía una risa estridente. La tuya, màs, aunque la odie en ese momento..no pude colgar

Tampoco tus ojos me gustaron a travez del teléfono y sin embargo, pensé que me había extraviado en el color silencioso de tus pequeños y obscuros iris, cuando torpemente intentaba volver a la realidad, aun sosteniendo temblorosa, el artefacto electrónico consolador de distancias

con dificultad, a duras penas he podido evadir la ternura de tus manos sobre mi cabeza por medio del auricular, los días sucedidos a este incidente, torpemente intentan disipar la sensación sofocante de tu aliento, sobre mi boca, sobre mi cuello, sobre ....

en lo adelante prefiero observar tu ágil e impecable caligrafía sobre el papel , tan solo bajo tu fiel promesa de no permitir que me atrapen los vapores con aromas de capullos de rosas rojas y los poemas con olor a dulce de leche desgajados de tus manos, como dulces frutas prohibidas.

espero asì, estar a salvo y protegida no de ti, si no de mi misma.