Capitulo 9
Viajamos durante varios días evitando las ciudades importantes y comprando provisiones en pequeñas aldeas. La situación era crítica, los enemigos aguardaban en todos lados y en mas de una ocasión estuvimos a punto de ser atrapados; afortunadamente siempre encontrábamos la forma de escapar. Después de 15 días logramos llegar a las afueras de la capital del reino, donde los aliados de Frey eran pocos. Según la información que tenía, los nobles habían reunido sus ejércitos en las aldeas alrededor de la capital para impedir una invasión del general Frey. A pesar de eso fue fácil para nosotros evadirlos, ya que solo éramos tres personas y no miles de soldados como esperaban las fuerzas armadas del reino.
Decidí que era prudente descansar antes de entrar a la capital, por lo que pasamos la noche en un pequeño y tranquilo bosque. Marko decidió vigilar toda la noche para que yo pudiera estar cerca de la princesa en todo momento.
Estamos muy cerca de tu hogar princesa –dije mientras me sentaba sobre el suelo al lado de Anghye que estaba acostada sobre unas mantas.
Mi hogar. Yo nunca he tenido un lugar al que pueda llamar hogar. –la voz de la princesa sonaba distante y sus ojos parecían buscar consuelo en la oscuridad de esa noche sin luna.
Me doy cuenta de que no sé nada sobre ti Anghye –dije –perdóname por no intentar comprenderte.
No te preocupes, no es tu culpa, soy yo la que prefiere mantenerse aislada del mundo –la princesa sonrío por un instante –creo que todo sería mejor si yo no existiera.
No digas eso mi princesa –me acerqué a ella y sujeté su mano –yo vivo solo por ti. Fue tu recuerdo el que me dio fuerzas durante todos estos años. No me digas ahora que no te importa vivir.
Anghye cerró los ojos y no dijo nada, mientras que yo contemplaba la belleza de su rostro. Sin pensarlo me acosté a su lado y la abracé, su cuerpo era cálido. Acerqué mis labios a los suyos y la besé.
Por fin tienes el valor de besarme, mi querido Kraos –dijo la princesa, pero sin abrir los ojos –Pensé que nunca lo harías.
Ahora fui yo quien permaneció en silencio.
Quiero decirte que a pesar de mi extraña vida aún soy virgen –Anghye abrió los ojos y puso su suave mano en mejilla –aunque estuve casada con mi hermano, el nunca me obligó a ser su mujer, en realidad una vez coronado rey, me envió lejos de la capital. Y desde entonces nunca permití que un hombre se me acercara. Pero por alguna razón no puedo evitar que tú estés a mi lado.
El escucharla decir eso me hizo sentir más tranquilo. La verdad es que la sola idea de que Nohirt hubiese abusado de mi querida Anghye me alteraba demasiado.
Será mejor que te alejes de mí –dijo la princesa –no quiero que termines igual que Nardo y que mi hermano.
Yo no terminaré como ellos –dije –recuerda que fui yo quien los mató. En todo caso es Frey quien debe mantenerse alejado o de lo contrario sentirá el filo de mi espada en su garganta.
Arriesgas tu vida por mi –la princesa se puso de pie –y ni siquiera sabes si yo estoy dispuesta a corresponderte, por que lo haces. Acaso no te das cuenta de que quizá solo te estoy utilizando, como lo hice antes para que mataras a Nardo.
Anghye estaba muy molesta, aunque eso era normal en ella, su furia, su orgullo, su vanidad. En realidad solo era una apariencia, por que en su interior existía una persona que anhelaba amar y ser amada. Por desgracia ella misma no se daba cuenta. Al menos yo siempre pensé eso de ella pero nunca se lo dije, tal vez ese fue mi error.
Me levanté del suelo y apenas me estaba acercando a la princesa cuando escuché un ruido, y en menos de un parpadeo nos vimos rodeados por más de 20 hombres. No hubo nada que pudiera hacer y preferí rendirme antes que arriesgar la vida de Anghye.
Nos ataron y cubrieron nuestros rostros. Después de caminar unos minutos nos subieron a un carruaje. Sin duda el transporte de un noble. Pensé que aún había esperanza, después de todo la mayoría de los nobles conocían a la princesa y aún después de cinco años su rostro no había cambiado mucho por lo tanto sería identificada fácilmente.
Pasaron un par de horas hasta que por fin llegamos a nuestro destino, bajamos del carruaje y fuimos llevados por varios pasillos hasta que finalmente nos detuvimos. Entonces retiraron la capucha que me impedía ver.
Nunca hubiese esperado tan desagradable sorpresa. Frey en persona sentado en el trono del palacio nos daba la bienvenida. Miré entonces a mi izquierda, ahí estaba Marko, no tenía ataduras, y a mi derecha la princesa con sus manos libres y sin la menor señal de cuerdas que la hubiesen sujetado. Al parecer yo era único prisionero en ese lugar. A pesar de lo extraño de la situación me apresuré ha buscar una forma de escape, pero era imposible, había guardias a nuestro alrededor y arqueros a cierta distancia.
Has cumplido con tu misión mi fiel amigo –dijo Frey.
Por supuesto gran señor –respondió Marko, al tiempo que hacía reverencia. –usted sabe que vivo para servirle.
Y tus servicios serán recompensados; tus tierras, tus posesiones, todo lo que Nohirt te arrebató se te devolverá –Frey hizo señal con su mano indicándole a Marko que podía retirarse.
Ví entonces a quien yo creía mi amigo, pasar junto a mí sin la menor emoción en su rostro, ignorándome como si yo fuera un fantasma. Pero mi pesadilla no terminaba, en un momento sin darme cuenta Anghye ya no estaba a mi lado, la busqué con rapidez y entonces la observé de rodillas ante Frey. Esa visión era incomprensible para mí y lo que ella dijo después fue a un peor.
Por fin puedo estar a tu lado mi gran señor –dijo la princesa –y te prometo que nunca me separaré de ti.
Frey extendió su mano y sujetó la de Anghye ayudándola a levantarse. Sus miradas se cruzaban incontrolables, y muy a mi pesar debo admitir que parecían estar enamorados.
Mi espíritu estaba quebrado y mi fuerza mermada, ya no podía soportarlo, deseaba que me mataran y que terminaran con mi sufrimiento, pero para mi desgracia aún no era el momento para descender al mundo de las sombras.
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Dedicado a:
Psikotika Princesa de las tinieblas |