Las cosas han cambiado ¿pero a quién le importa? Mi cabeza ya carece cabello por exceso de testosterona. Soy hombre y un hombre de bien. Un poco gordo, pero no obeso... producto de mucho trabajo de oficina, pero ¿A quién le importa? ¿Al perro, al gato? ¿Al vecino o la vecina con sus complejos de psiquiatra? (suena cruel, pero ella y sus complejos de no hacer nada útil en su vida algunas veces son motivos de conversación de la casa.) No. No y no. No importa y si a ellos le importa a mí no me importa en lo más mínimo.
El sol me sonríe cada mañana cuando te veo, y las margaritas, por más humildes que sean, muestran su belleza cada mañana cuando las veo al pasar, como a cualquier otro mortal. Porque eso es lo que soy: un mortal cualquiera.
Voy al trabajo y me canso, vuelvo a casa y tu también después del trabajo. Ambos cansados nos preparamos la comida, ambos cansados nos queremos, ambos casados, aunque sea sólo por un papel, nos tenemos uno al otro. Yo, con unos hilos de plata en el cabello que antes fue castaño, y tú, para disimular el paso de los años, te lo tiñes de tu mismo color anterior, también con un poco de sobrepeso, con un par de arrugas en el rostro y algunos problemas en la piel, ya sea celulitis o como le llames... no me importa. No es porque te imagine cuando ambos éramos jóvenes, eso es egoísta... porque digamos... creo que yo tampoco soy el prospecto ideal. El cuerpo es sólo cuerpo, los años pasan y hace lo suyo: ese es su trabajo.
Y por eso pienso y siento que sólo necesito de ti y te amo. Te amo no como la joven hermosa que fuiste. Te amo por lo que eres, una mujer especial: distraída, ingenua, pura de corazón, sabia y paciente. Alocada en muchas ocasiones, porque eres en tu alma artista, desde que naciste. De mirada pasiva, pensativa, pero exquisitamente impulsiva... y divertida, buena con todos. Y estoy agradecido de ti hasta en lo más profundo, por compartir y seguir esta vida conmigo, siendo yo, un ser absolutamente aburrido y racional, matemático, calculador, Por eso te amo ¿lo ves? Y a sólo nosotros nos importa... y a nadie más.
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