Susurraba su nombre a su oído. Cada suspiro que daban juntos eran anhelos de una nueva aventura. Se tomaban de la mano y con una fuerza sobrehumana evitaban unir sus labios en un beso y aunque ya se habían dicho cuanto de su amor había en cada uno, en realidad sabían que entre ellos nada podría pasar.
-Me gustas mucho- decía él mirando el techo mientras pasaba la mano por su cabello y se moría por acariciar sus pechos.
Yacían allí, medio vivos medio muertos, semidesnudos apreciando la belleza que tenían por encima y por debajo de la piel.
-Es en serio- le repetía y sólo por torturarla y que también ella se volviera loca por tomarlo y hacerlo suyo. La miraba a los ojos y le decía de todo con el roce de sus manos y el movimiento de su boca; la forma en que pronunciaba cada frase habría despertado el más profundo deseo pero su control y su voluntad parecían demasiado rígidos para permitirles violar sus principios aunque eso significara morirse de amor.
Texto agregado el 08-05-2006, y leído por 136
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Lectores Opinan
13-02-2008
mil disculpas por el coment en tu libro de visitas...me gusta cómo escrbes y no quiero juzgarte, en reailidad no tengo ninguna opinión de tí como persona, pero yo también soy músico y espero que me leas y sería bueno que sepas que mi agresividad a veces se debe a mi estado mental inestable, se que no justifica pero... bue no es para tanto
vitricida
08-05-2006
Creo que ganaría fuerza si el título no fuera hermanos y el parentezco se revelara en la última palabra. La primera frase suena un tanto a trabalenguas. Creo que algunas imágenes se pueden mejorar (belleza por encima y por debajo de la piel). CK CocinasKenia