EL SER HUMANO


Érase una vez un ser humano que quería ser feliz.

El pobre ser humano lo pasaba muy mal porque parecía que había una confabulación para que su deseo no llegase a realizarse.

Cuando no era por una cosa era por otra, pero el caso es que siempre había un motivo para sufrir en mayor o menor medida.

Ora estaba desempleado, ora el trabajo que tenía lo atormentaba.

A veces se sentía realizado en su profesión, mas el hijo o la hija lo desobedecía o tenía problemas con el marido o la mujer –dependiendo del sexo del ser humano en cuestión.

A veces el trabajo iba bien, la familia también, pero una dolencia lo aquejaba a él o a sus seres queridos.

Y aun sin que nada lo turbase, el ser humano se afligía pensando en la posibilidad de que alguna desgracia pudiese llegar.

En fin, que el ser humano es propenso a tener problemas o a creárselos. El ser humano también tiene la mala costumbre, en ocasiones, de explotar, torturar e incluso asesinar a sus semejantes.

El ser humano, según dicen, está dañando la Naturaleza en un afán desmedido de riqueza -para unos cuantos, claro.

Mejor cambiar de conversación... Y ahora que se plantea dar la consideración de “humanos” o “casi humanos” a los primates más evolucionados, mejor será dejarlos como animales, a fin de cuentas, ellos no destruyen el planeta que los alimenta.



(J. Martín)