Capitulo 8
Durante toda la noche, cabalgamos sin descanso, y nuestro destino era Grodvia, la ciudad del norte. Pero esa ciudad, estaba a tres días de camino, por lo que hicimos algunas paradas durante el viaje. Al amanecer del día siguiente nos detuvimos en un pequeño pueblo, solo el tiempo suficiente para comer y dar un poco de descanso a los caballos, pero en menos de una hora nos encontrábamos nuevamente en marcha.
Entrábamos y salíamos continuamente del sendero para confundir a cualquiera que intentase seguirnos. Trascurrió el primer día de viaje sin ningún contratiempo, por lo que decidimos descansar durante la noche. Marko y yo vigilamos durante turnos de 3 horas, él fue el primero en velar, mientras la princesa y yo dormíamos. Aunque no se quejó durante el viaje, era obvio que Anghye estaba exhausta, por lo que se quedó profundamente dormida. Pasaron las tres horas y Marko me despertó para que tomara su puesto de vigía. De inmediato me puso de pie y me desperecé, camine un poco alrededor del pequeño campamento, en realidad solo unas cobijas sobre las cuales dormimos, por suerte la luna se mantenía brillante, y un número infinito de estrella le hacían compañía en el manto de la noche, así que no hubo necesidad de mantener encendida una fogata que podría delatar nuestra posición. Mientras contemplaba la luna, escuche unos pasos, se trataba de Anghye.
Deberías seguir durmiendo princesa –dije –aún tenemos que viajar durante dos días, y no te puedo asegurar que las cosas marchen tan bien como hasta ahora.
Anghye se acercó a mí, y me abrazo. Al principio no dijo nada pero después se animó a hablar.
Gracias querido Kraos –la princesa me miro a los ojos, su hermoso rostro reflejaba tristeza, pero al mismo tiempo gratitud –eres el único hombre que ha demostrado amarme, pero… yo no estoy segura de mis sentimientos. Sin duda te quiero como no he querido a otro hombre, pero no se si pueda amarte de la forma en que tu me amas.
No te preocupes mi princesa –sujeté calidamente sus manos –yo te amo desde que te conocí, pero también sabía que probablemente nunca podría estar a tu lado, y mucho menos ser correspondido en mis sentimientos. Sería un hipócrita si te dijera que no intentaré ganarme tu corazón, pero sabes que soy tu sirviente y aceptaré la decisión que tomes sobre nuestra relación.
La princesa sonrió y me beso en los labios. Después se alejó y volvió a dormir. Mientras yo continué observando el cielo, buscando fuerzas para cumplir con la dura misión que tenía por delante.
Nos pusimos en marcha con el primer rayo de sol, durante todo el día cabalgamos sin parar y afortunadamente no había señales de nuestros enemigos. Logramos llegar a una aldea poco antes del anochecer, ahí nos dividimos; Marko se llevó los caballos a un establo donde comerían y descansarían durante toda la noche, mientras que Anghye y yo buscamos alojamiento en una posada. En realidad era la única posada en la aldea y como esperaba, había suficientes habitaciones libres.
Esperamos a que Marko regresara y cenamos juntos, pero no hicimos ningún comentario, aunque las únicas personas a nuestro alrededor eran el posadero y su mujer, preferimos no arriesgarnos, por lo que comimos deprisa y nos retiramos a nuestras habitaciones. La posada era pequeña, solo contaba con seis cuartos. Subimos la escalera para llegar a un pasillo; había tres habitaciones del lado izquierdo y tres del derecho, estas últimas eran las nuestras y por supuesto le pedí a la princesa que tomara la de en medio, de esta forma Marko y yo vigilaríamos que nadie entrara a su habitación.
Mi amigo se retiro de inmediato a su cuarto, mientras que yo inspeccionaba el de Anghye, tras unos minutos me di cuenta de que no había peligro por lo que me despedí de ella para retirarme a mi propia habitación pero la princesa me detuvo.
Si quieres cuidarme por que no pasas la noche aquí a mi lado –dijo Anghye –de esa forma me sentiré mucho más segura.
Mi querida princesa –dije –debo protegerte de todo aquel que intente dañarte, esa es mi misión, pero para lograrlo debo mantenerme alerta. Y debo confesarte que pasar la noche a tu lado me distraería mucho.
Me acerqué a mi amada y la abracé.
No has cambiado nada, mi querido kraos –dijo con dulce voz la princesa –puedo ver que aún te pones muy nervioso cuando estas cerca de mí.
Un silencio invadió la habitación, Anghye y yo seguíamos abrazados y no queríamos separarnos pero finalmente fue ella quien se apartó de mí.
Anda, vete de aquí –dijo con su tono habitual de soberbia –quiero descansar, aunque no se si podré hacerlo en lugar como este.
Que pases una tranquila noche mi princesa –dije. Pero anghye no respondió, así que salí de su habitación y entre a la mía donde apenas y pude dormir.
Al otro día continuamos con nuestro viaje, y al igual que el resto del camino, todo se mantuvo en orden. Pero por alguna razón me sentía nervioso. De improviso frené mi caballo y decidí cambiar de ruta. Aunque Marko se mostró confundido no hizo la menor objeción, y a la princesa no le importó en lo más mínimo. De esta forma tardaríamos un poco más en llegar, pero en lugar de entrar a la ciudad por el sur como estaba planeado, lo haríamos por el este.
Al anochecer llegamos a Grodvia, pero lo que observamos nos dejó aterrados. La ciudad ardía en llamas y había guerreros de Frey por doquier, especialmente rondaban por la zona sur, era evidente que nos esperaban. Apenas pude contener mi frustración, pero tuve que tranquilizarme, tenía que organizar mis ideas y tomar una decisión. Lo primero que hicimos fue alejarnos de la ciudad, tomamos el camino del bosque, era peligroso debido a las bestias pero preferí enfrentar lobos que a un ejército.
Finalmente me di cuenta de que solo había algo por hacer: la princesa tenía que regresar a la capital del reino y reclamar su lugar como única heredera al trono. Era arriesgado pero no había otra opción, solo así detendríamos la ambición de Frey.
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Dedicado a:
Psikotika Diosa de la Oskuridad
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