Capitulo 6
Así que este es tu amiguito –dijo el príncipe, mientras permanecía de rodillas ante el joven kraos –debo decir que me siento un poco decepcionado, pensé que se trataba de un hombre, pero apenas es un niño, nunca pensé que mi hermana se enamoraría de alguien tan insignificante.
La princesa no sabía que decir, solo observaba, sin poder hacer nada al respecto. Al mismo tiempo Kraos mantenía su vista fija en Nohirt. Por unos instantes todo estuvo en completo silencio, hasta que el príncipe decidió continuar hablando.
Pues bien mi nuevo hermano, es el momento de que decidas; si vas a matarme hazlo de una vez, de lo contrario sufrirás un destino peor que la muerte –la voz de Nohirt se escuchaba firme, no parecía el mismo joven impulsivo que pretendía violar a su propia hermana, ahora se escuchaba como un verdadero príncipe con toda la autoridad para decidir entre la vida y la muerte.
Que esperas para irte de aquí –dijo la princesa dirigiéndose a Kraos en un tono de desprecio –no te das cuenta de que me estas dejando en ridículo frente a mi hermano; te ordeno que te vayas.
Al escuchar la voz de Anghye, Kraos se puso nervioso y se descuido por unos segundos, los cuales fueron aprovechados por Nohirt, quien sujetó el brazo del joven desviando la dirección de la flecha que terminó disparada contra el techo. Con rápidos movimientos el príncipe despojó a Kraos de sus armas y un par de golpes bastaron para hacerlo caer.
Enseguida, Nohirt comenzó a gritar solicitando la presencia de los guardias, los cuales acudieron al llamado de su señor de forma instantánea y sometieron al joven Kraos que fue señalado como un ladrón por el príncipe. Pero el muchacho oponía toda la resistencia posible y suplicaba el auxilio de la princesa, pero ella se mantuvo en silencio por unos instantes hasta que finalmente decidió hablar.
Yo no te conozco, nunca antes te había visto, además alguien que entra por una ventana a mitad de la noche solo puede ser un ladrón o un…
No princesa, no lo digas, por favor –aunque firme, la voz de Kraos reflejaba el dolor de su corazón y seguramente hubiera dicho algo mas, pero un guardia le dio un brutal puñetazo en la boca, impidiéndole hablar.
Insolente, cuando su alteza habla se debe guardar silencio, solo por interrumpir sus palabras te mereces treinta azotes –dijo el guardia después de haber golpeado al pobre muchacho.
Basta, no quiero que mi hermana vea un espectáculo tan desagradable. Llévense a éste miserable a los calabozos y en un momento decidiré cual será su castigo –dijo Nohirt.
De inmediato se fueron de la habitación arrastrando al desdichado Kraos, mientras que el príncipe se quedó a solas con Anghye.
En los calabozos, los guardias golpearon al muchacho y lo encadenaron como si fuera un terrible criminal. En medio de la oscuridad, Kraos solo pensaba en la princesa, solo deseaba verla una vez más antes de morir, por que estaba seguro de que moriría pronto. Pasaron casi dos horas cuando la puerta de la celda se abrió, y la hermosa Anghy apareció frente a los ojos incrédulos del joven prisionero.
Mi hermano es generoso –dijo la princesa –te enviará a una prisión de la ciudad del este y después de que cumplas con una condena de dos años se te devolverá la libertad. Debes estar agradecido.
Kraos escuchó la frialdad con que habló su amada niña, y la indiferencia de su mirada; intentó hablar pero las palabras no salieron de su boca. Solo continuó mirándola como si intentara memorizar hasta el último rincón del hermoso rostro de la princesa.
Eso es todo lo que debo decirte, y espero nunca volver a verte en mi vida. La princesa dio media vuelta y salió de la mazmorra.
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Y después de eso tuvieron que pasar cinco años para poder verte y escucharte otra vez, mi querida princesa –dije con la humildad de un sirviente al tiempo que me inclinaba en señal de respeto –pero ahora las cosas son muy diferentes.
La mirada de Anghye se mantenía firme, la arrogancia de esa mujer no disminuía sin importar la clase de situación en la que se encontraba.
Diferentes, ¿por que son diferentes? Acaso no sigo siendo tu princesa, mi querido Kraos –dijo Anghye con una sonrisa que demostraba su seguridad.
Al escuchar su voz y ver su hermoso rostro me di cuenta de que en realidad solo el mundo a nuestro alrededor había cambiado, pero la relación entre nosotros era la misma, ella continuaba siendo mi princesa y yo su más humilde sirviente, dispuesto a todo por ella.
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