Prefiero dejar
que la música
embriague mis sentidos,
quisiera vivir
de este lugar
cada latido,
porque no hay nada
que pueda comparararse
a la hermandad de
quienes comparten
buenos momentos
con amigos,
una sonrisa multiplicada
en la sonrisa de todos,
en la danza de todos
y cada uno de nosotros,
tan singulares
y tan cercanos
los unos de los otros,
en medio del resplandor
filtrándose entre los destellos
espontáneos
de la alegría de los encuentros
y reencuentros,
Este no es verdaderamente
un poema formal,
y hay quienes dirán
que ni siquiera es un poema,
son las palabras
son sólo el verbo
de un expatriado,
veterano de tantos
efímeros
retornos,
esperanzado en la esperanza,
de un regreso sin más vueltas,
con el corazón mirando al Sur
aunque suene a lugar común
tanguero,
apretando la nostalgia
entre los dientes,
y la pena entre el avión
y la puerta de embarque

© Eytán Lasca
Montevideo-Punta del Este, Uruguay, abril/mayo de 2006