Escribo esto de mala gana porque creo que no hace falta.
Tenemos tres posibilidades mostradas en La Abstinencia Sexual II:
1- La Libertad de escuchar a tanta gente como nos de la gana y aprender el sonido de sus voces y de nuestras reacciones ante sus modos de expresión: la Libertad de escuchar una gama inmensa de voces distintas que hacen parte del mundo porque lo componen: La Libertad de conocer variedad: La Libertad de crear un vínculo con la humanidad, con distintos aspectos de la naturaleza, lo cual nos da a la vez un conocimiento de nosotros mismos y una certeza de lo que somos en la variedad.
2- La Libertad de escuchar todas las variantes y tonalidades de una sola voz, la cual, cuánto más la escuchamos, sabiendo escucharla, se va abriendo en una gama enorme y varia, dándonos la agradable sorpresa de enterarnos de que cuanta más libertad otorgamos a un solo ser éste más lo agradece y que cuánto más profundizamos con ese solo ser podemos descubrir en ese ser todas las voces de la humanidad.
3- La Libertad de escuchar nuestra propia voz y su vacío infinito desde el cual se elevan y descienden toda clase de seres. Dicho estado (el de la abstinencia sexual) nos abre nuevas perspectivas en el entendimiento de los demás. En este caso los demás pasan a ser para nosotros otras clases de posibilidades.
¿Recomiendo una de estas tres posibilidades prioritariamente sobre las demás? No, recomiendo el conocimiento de las tres, al menos su concientización como libertades, para dejar de ser niños mochos eternos y dejar a tras el terreno de las dudas, para que, en el caso de que se tome la decisión radical del matrimonio, no se sea un individuo patético que necesita estar montando cachos como si se tuviese el alma de un quinceañero insatisfecho.
Pero, si efectivamente somos capaces de asumir la libertad de nuestras decisiones ¿Cómo combinar por ejemplo los frutos descubiertos del punto dos con los frutos descubiertos del punto tres? Es decir ¿Cómo tener sexo y no desperdiciar energía para que el sexo tenga la posibilidad de convertirse en un descubrimiento de la otra persona, un enriquecimiento, en lugar de un despilfarro que conlleva al cansancio, a la insensibilidad y al gesto mal educado? Fácil: no eyaculando. Es tan sencillo como eso y es posible (recomiendo la lectura del libro “El tao del sexo” quienes han seguido tal consejo realmente lo disfrutan, lo sé).
Hay que ser inteligente.
Entonces, habiendo tantas Libertades como nuestro cuerpo y voluntad nos otorgan ¿Por qué tan pocas personas son capaces de asumir plenamente aunque sea una sola de estas libertades, es decir: por qué hay tanta gente sexualmente infeliz y matrimonios que no funcionan? No hay nada más fácil que asumir aunque sea una sola de esas libertades y sin embargo no hay nada menos visto - (sé que el lenguaje oprime, por ejemplo, se usa mucho la palabra “puta” para una tipa que esté descubriendo o asumiendo una posibilidad o una libertad y sin embargo no existe el correspondiente masculino, se cree que eso favorece al sexo masculino, pero en realidad este se aburre de las chicas que siguen la receta social) - ¿Lo habitual?: El matrimonio con infidelidad – tanto así que si en alguna parte vemos un título como “El marido fiel” sonreímos de antemano sabiendo que se trata de una comedia - ¿Por qué? Porque nadie se atreve a asumir una sola de sus libertades y como casi nadie se atreve necesitan mentirse y es en ese mentirse mutuo, a veces sardónico e hiriente, de lo que construyen sus placeres personales… hasta que terminan reducidos a seres de plástico y químicos tarde ya como para buscar alguna posibilidad, heridos de muerte ya… que quizás con buena suerte algún día sean barridos por el viento.
…
¿Demasiado radical? Entonces corrijamos: Sin la experiencia del punto uno no sabremos valorar el punto dos y por lo tanto el punto dos no constituirá una experiencia sino un muralla para la experimentación del punto uno y también una carga sin sentido que nos obligará a experimentar el punto uno de manera tonta e infantil, infantil por mal asumida y por estar obligados a mentir y a asomarnos a cada rato pro la ventana, no vaya a ser que un detective… (y eso sería una “muestra de amor” ya que el mostrar celos se convierte en la única posibilidad de mostrar amor, por supuesto: en la gente estúpida, que en mi país abunda). La experiencia del punto tres nos ayuda a no caer en obsesiones y nos permite disfrutar de las personas sin caer en obsesiones.
Lo único que hasta cierto punto se hace molesto a la hora de no optar por una actitud de obsesión por el sexo infantil es el uso corriente del lenguaje que utiliza una terminología que inculpa para cualquier muestra de cualquiera de los tres tipos de libertad - (tanto es así que incluso en el segundo punto se utiliza la sabiduría del “ya verás”, “seguro que”, etc.). Existe un tratamiento injusto a la hora de calificar las actitudes sexuales de ambos sexos, dicha injusticia o desequilibrio en cuanto a la manera de valorar los comportamientos sexuales según el género conlleva a un estado de tensión entre ambos sexos: impera la duda como una cosa rara que se metió entre dos personas, la sospecha infundada, la culpabilización, y es en esta atmósfera que la gente se une, y comienza a mentirse, a engañarse y a hacer de su vida una farsa (porque se los hace así). De ahí el que los plásticos y los químicos (implantes y viagra) no sea más que una máscara que pretende ocultar el patético trasfondo, y que no durará mucho tiempo: serán prontamente absorbidos y la emoción actual no durará mucho tiempo porque las apariencias se gastan incluso cuando en un momento son novedad… en realidad no tienen algo así como tiempo, son solo propaganda y publicidad.
Lo único que importa, independientemente del uso social del lenguaje del cual no cuesta nada mencionar sus logros, es el saber obtener lo que se quiere, lo que se desea.
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