Una buena taza de café antecede esta discusión, las palabras que son expulsadas ahora son solamente eso, fragmentos de frases disipadas sin sentido que en su momento fueron balas que destrozaron un corazón, un corazón que agonizaba de amor.

El humo de un cigarrillo aun nubla el escenario, las lagrimas recorren tu rostro y buscan su camino pero no lo encuentran, desde la esquina de la habitación te observo con detenimiento, pero no me acerco a ti tengo miedo a lastimarte nuevamente.

Recuerdo el día que decidiste dejarme, me dejaste tan vacía, te llevaste mis ganas de seguir viviendo, todos mis sueños e ilusiones fueron destrozados por tu orgullo, por tus ganas de ser más que tus amigos, de tener lo que ni tu mismo podrías apreciar.

No entendí el porque de tu actitud hacia mi, si habíamos pasado maravillosos momentos juntos, habíamos compartido todo, visualizamos una realidad siendo uno solo y sin embargo fui tratada como un pordiosero esperando las limosnas de tu amor.

El sueño se ha terminado, comienzo a vivir la realidad que me corresponde, ya no quiero ser un pordiosero viviendo de limosnas que jamás recibiré, por que ni siquiera eso merezco de tu parte, recapitulo las fugacidades de mi vida junto a ti, volteo la hoja que jamás fue escrita y si acaso se escribió sobre ella fue con tinta transparente por que el mensaje nunca lo encontré.

Vivir del olvido no tiene sentido, vivir olvidando no tiene razón, vivir odiando no vale la pena, vivir sin ti será un placer…