Un verso nunca es suficiente

Viene corriendo la agonía.
La veo detrás de la pared,
resbalando hacia los más bajos instintos.

Detrás de 15 máscaras brillantes
hay 1 sólo ser,
enmudecido, anulado
por el grandioso sistema.

¡Si durarán más las palabras
al caer de los labios!

Corre tras la agonía
la tortilla corredora,
que huye a su vez
del hambre del poder.

Y yo, aqui.
Sigo en medio de la nada
sugiriendo movimientos
desde mi posición.

¡Si cayera esta vida incoherente
tan solo un poco más lentamente!

Claras están las intenciones
de las miradas indirectas
sobre las nucas brillantes
por el sudor de la tarde.

Al caer la agonía azulada
es pisoteada una y otra vez
por la huidiza tortilla,
que tal vez sea alcanzada por el poder.
Por el poder asesinante y sucio,
que resalta el problema social.

Y gime que gime la tortilla devorada,
y gime que gime pisoteada la agonía
mientras la carcajada
está por estallar
en otros labios
en otra historia.